
Las elecciones celebradas ayer en la provincia de Buenos Aires no alteraron un panorama que el sector agropecuario ha padecido durante años: su escasa representación en la Legislatura. A pesar de que numerosos dirigentes y productores se postularon, ninguno logró acceder, lo que significa que la voz del campo continuará siendo minoritaria en el parlamento bonaerense. En algunas fuerzas políticas, se resaltó el ingreso de nuevos concejales en los Concejos Deliberantes.
De la lista de candidatos vinculados al agro, solo un representante logró obtener una banca: Andrés De Leo, un productor ganadero de Bahía Blanca. Sin embargo, el propio De Leo subrayó que no se considera un “candidato agro”, sino más bien un político con trayectoria que también tiene lazos con la producción. Esto implica que ninguno de los postulantes que se identificaron como parte del sector logró ingresar.
Entre los nombres destacados en las listas aparecían figuras conocidas en el ámbito rural, como Andrea Passerini, productora lechera y dirigente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Carbap; Pedro Vigneau, expresidente de Aapresid y Maizar; Ariel Bianchi, productor autoconvocado de San Nicolás; Guillermo MacLoughlin, contador y referente en Carbap con un pasado en la Sociedad Rural Argentina (SRA); y Alejandro Speroni, abogado y productor de Tapalqué. También estaban Guillermo Ecke, de Guaminí, y Lucas Giannassi, de Lincoln, pero ninguno logró acceder a una banca. En la Alianza La Libertad Avanza, Javier Prida, presidente ejecutivo de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), se presentó como candidato a diputado bonaerense en la tercera sección electoral.
A pesar de quedar fuera, Vigneau destacó lo positivo de generar un espacio para el sector. “Me parece importante instalar Potencia dentro de la política. Es valioso haber presentado listas en 75 distritos de la provincia y contar con 10 concejales electos. Esto es solo el comienzo”, comentó sobre el espacio Potencia.
Vigneau afirmó que el reto ahora es “unir al agro en una fuerza política” y recalcó que ha conocido “mucha gente dispuesta a comprometerse”.
Por su parte, Prida informó que quedó como primer suplente y, en principio, no contará con un lugar en la Legislatura. “Es probable que se produzca un corrimiento si algún legislador pide licencia por motivos personales, o si se va a un ministerio o a una embajada, no se sabe. Pero eso es muy plausible. Si no, estaré en el llano, como siempre, trabajando para construir una Argentina próspera”, comentó.
En cuanto a los resultados de las elecciones, analizó: “El resultado es contundente a favor del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, sin ninguna duda. El aparato municipal influenció fuertemente, con más de 25 o 30 intendentes que se postularon como candidatos testimoniales”.
Prida enfatizó que, a pesar de esta ventaja, el oficialismo provincial perdió fuerza en comparación con la elección anterior. “Obtuvo casi un 20% menos de votos que en 2023 y la oposición, un 47% menos. Hay una apatía electoral muy fuerte”, indicó.
Según su análisis, la apatía electoral estuvo relacionada también con la política nacional: “Candidatos poco conocidos, poco atractivos, con políticas nacionales que son necesarias pero no simpáticas. La verdad, el gobierno nacional está muy expuesto a eso y evidentemente lo pagó en las urnas”.
Simultáneamente, consideró necesario replantear el rol de la oposición en la provincia: “Es necesario recalibrar y repensar la estrategia en muchos municipios de la provincia de Buenos Aires”.
Andrés De Leo tuvo una situación distinta, al conseguir un lugar en la Legislatura como diputado por Somos Buenos Aires. Aunque recalcó que no se considera un “candidato agro”, aseguró que llevará temas del sector al cuerpo legislativo. “Era una elección inicialmente muy complicada. La elección se nacionalizó y eso nos dio la oportunidad de competir y obtener la banca como tercera fuerza en Bahía Blanca y sexta a nivel provincial”, relató.
De Leo es productor agropecuario y ganadero en Bahía Blanca. Su vínculo con el sector comenzó en su adolescencia, cuando con apenas 12 o 13 años iba al campo de un amigo a trabajar durante la cosecha. “El amor por el campo nació ahí”, recordó. Como profesional, se graduó de contador y se especializó en temas agropecuarios, aunque reconoció que los inicios fueron difíciles. “Todo el esfuerzo por prepararme como contador rural no dio frutos, no podía conseguir clientes ni en Darregueira ni en Indio Rico, así que tuve que mudarme a Bahía”, explicó.
La política, por otro lado, siempre ha sido parte de su vida. “Desde los 15 años, en el 83, cuando vi a Alfonsín, comprendí que me interesaba lo nacional y lo público”, expresó. Fue gerente de la ANSES en Bahía Blanca, concejal entre 2005 y 2009 y senador provincial en dos ocasiones por la Coalición Cívica.
Ahora regresa a la Legislatura como diputado por Somos Buenos Aires. “Soy un productor político. No soy un productor que se mete en la política, soy un político que se dedica a la función y que está vinculado al sector agropecuario”, aclaró.
Con esta identidad, buscará propulsar una agenda que priorice al interior productivo. Habla de infraestructuras, conectividad, descentralización y de un reclamo histórico: que el campo no se perciba únicamente como una fuente de ingresos fiscales. “En términos de política rural, lo primordial es trabajar para que la provincia no solo contemple al campo cuando necesita aumentar los impuestos. Debemos luchar por políticas de caminos rurales y conectividad, además de buscar una mejor relación con el Estado provincial”, concluyó.