Lavrov llegó a la cumbre en Alaska con una remera con la inscripción URSS
Rusia intensifica las provocaciones antes de la cumbre de Alaska. El ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, arribó al estado estadounidense luciendo una camiseta con la inscripción “URSS”, una acción interpretada como una provocación en el marco del encuentro entre Estados Unidos y Rusia.
Lavrov, reconocido en Occidente por su perfil pragmático, ha adoptado en los últimos tiempos las posturas más radicalizadas del Kremlin, utilizando un discurso cada vez más desafiante, marcado por la ironía y la burla.
La vestimenta de Lavrov alude a la narrativa del Kremlin sobre las relaciones entre Rusia y Ucrania. El presidente Vladimir Putin ha sostenido repetidamente que ambos pueblos son “un solo pueblo”, desacreditando la legitimidad e integridad de Ucrania y promoviendo la idea de unidad bajo la influencia rusa.
Varios miembros de la delegación rusa en Alaska, incluido Lavrov, iniciaron sus trayectorias durante la Unión Soviética y la oposición les ha reprochado mantener una perspectiva de corte imperialista soviético.
En los territorios ucranianos bajo ocupación rusa, las autoridades afines a Moscú han derribado monumentos que conmemoran el sufrimiento ucraniano durante el dominio soviético, como aquellos dedicados a las víctimas del Holodomor, la hambruna que causó millones de muertes en Ucrania durante los años 30.
El ex ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, comentó en X sobre la prenda de Lavrov: “‘Simplemente dennos la mitad de Ucrania y prometemos que nos detendremos’, dice el negociador que viste una sudadera de la URSS”.
Blogueros rusos en Telegram identificaron la prenda, que tiene un valor de 120 dólares, como un producto de Selsovet, una marca basada en Chelyabinsk dedicada a la ropa de “herencia soviética”.
Estos gestos de Lavrov son parte de una serie de provocaciones rusas antes de la cumbre, destinadas a inquietar a Ucrania y a sus socios europeos. Previamente, la editora en jefe de RT, Margarita Simonyan, reportó que a los periodistas rusos que viajaban a Alaska se les ofreció pollo Kiev.
Otros comentaristas rusos aprovecharon la anécdota del menú. Sergei Markov, aliado del Kremlin, escribió: “Putin y Trump deberían convertir a Zelensky en una gallina de Kiev. En el Kremlin sobra humor”.
