Miércoles, 23 de julio de 2025   |   Nacionales

Cambios en Cancillería: la salida de Bustamante marca el avance de Karina Milei y una nueva perspectiva comercial

El Gobierno aceptó la renuncia del vicecanciller, último sobreviviente de la gestión Mondino. No hay reemplazo a la vista y crece el poder de Karina Milei sobre la política exterior. El Palacio San Martín queda cada vez más bajo control del ala técnica y comercial.
Cambios en Cancillería: la salida de Bustamante marca el avance de Karina Milei y una nueva perspectiva comercial

En el contexto de la disputa interna por las listas bonaerenses, Karina Milei ha avanzado en un área crucial de la política libertaria: el rearmado de la Cancillería, impulsando una nueva orientación más comercial que política en colaboración con Diego Sucalesca, titular de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI). Su influencia creciente se evidenció con la salida de Eduardo Bustamante, el último funcionario en pie de la gestión de Diana Mondino.

La renuncia de Bustamante como secretario de Relaciones Exteriores —en términos coloquiales, vicecanciller— fue oficializada el lunes en el Boletín Oficial, aunque fue presentada el 9 de julio, tras meses de especulaciones sobre el rol marginal que ocupó el diplomático de carrera, luego de que la Casa Rosada redefiniera el organigrama designando a Gerardo Werthein, cercano a “El Jefe”, como nuevo canciller.

Bustamante, de perfil bajo, había estado asociado con el PRO (fue subsecretario de Fronteras en el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich) y poseía una amplia trayectoria en la gestión pública. Sin embargo, junto con el resto del gabinete de Mondino, se convirtió en un blanco en la interna libertaria tras la votación en la ONU contra el embargo de Estados Unidos a Cuba, un movimiento diplomático que, aunque cumplía con la tradición, irritó a la Casa Rosada y resultó en la salida de la ministra.

Eduardo Bustamante, secretario de Relaciones Exteriores
Eduardo Bustamante

Como sucesor de Leopoldo Sahores, Bustamante fue el único funcionario que sobrevivió al cambio, junto a la secretaria de Malvinas, Paola Di Chiaro. Sin embargo, su posición se volvió insostenible ante el nuevo esquema de la cúpula de Cancillería. En contraste, fue visto cumpliendo un rol protocolar en eventos y embajadas, mientras que la toma de decisiones recaía en Werthein y en el cónsul en San Pablo, Luis María Kreckler, quien ha ganado influencia en el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Su salida marca el cierre de una etapa. Según reconstruyó PERFIL mediante fuentes cercanas al Palacio San Martín, la renuncia de Bustamante se produjo en concordancia con el cambio de paradigma que ha instaurado el Gobierno libertario en materia de política exterior, una de las pocas políticas de estado sostenidas, que no tolera el más mínimo disenso ni desviación de lo estipulado en Balcarce 50.

Eduardo Bustamante “no encajaba en los planes de esta nueva etapa. No estuvo a la altura”, comentó un exfuncionario diplomático que vivió de cerca el cambio en la política exterior del Gobierno de Milei, así como también el giro en los “modelos” de Mondino y su sucesor, el exembajador en EEUU, quien se encargó de implementar la línea ideológica y los recortes en el organigrama, lo que generó descontento en buena parte del cuerpo diplomático.

Hasta el momento, no hay un reemplazo designado para Bustamante, lo cual es significativo: aunque se trata de uno de los cargos más relevantes del Palacio San Martín, ahora vacante en medio de la redefinición de la política exterior, lo único cierto es el alineamiento absoluto con Estados Unidos e Israel. Y aquel que no esté de acuerdo deberá marcharse. “Un puesto así se piensa con tiempo, no se improvisa. Hoy simplemente no está cubierto”, apuntó un exembajador a este medio.

La salida de Demian Reidel como jefe de Asesores presidenciales esta semana y la de Bustamante constituyen la 156° partida oficial de la administración libertaria desde el inicio de la gestión, y la 11° en el área de relaciones exteriores. Esto sucedió en el marco de un reordenamiento silencioso pero firme: el avance de Karina Milei en la gestión libertaria, incluso en el ámbito de la política exterior. Desde la Secretaría General de la Presidencia, la hermana del presidente define línea por línea el nuevo perfil diplomático. “Es un avance muy importante de Karina sobre Cancillería”, reconoció una fuente con amplia trayectoria diplomática.

El modelo que impulsa la armadora política de La Libertad Avanza ya no es político ni diplomático: es técnico y comercial. La prioridad se centra en los negocios, y los nombres se eligen de acuerdo a esta lógica. El nuevo secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Fernando Brun —exembajador en Alemania— se alinea con el esquema que dirige Karina, con la influencia informal de Kreckler. Ambos forman parte del nuevo núcleo de poder en la Cancillería, junto a Werthein.

Paralelamente, sigue en funciones Nahuel Sotelo, exdiputado provincial y miembro de “Las Fuerzas del Cielo”, la militancia libertaria digital. Nombrado por Karina Milei como secretario de Culto, mantiene un perfil bajo y evita interacciones con la prensa. Otro de los aliados de confianza es Sucalesca, encargado de promover los intereses argentinos a través de la agencia AAICI. Este periodista y actor, íntimamente ligado a Karina Milei, tiene a su disposición un presupuesto millonario de cerca de 17 mil millones proveniente de la Secretaría General de la Presidencia, según ha sabido este medio.

ML

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