
Un año atrás, los pronósticos electorales vaticinaban unclaro triunfo de Cambiemos en 2019. En la Casa Rosada soñaban con que la mitaddel país, unos 12 distritos, terminaran gobernados por oficialistas. Basabanesas pretensiones en que en los comicios legislativos de 2017, la coalicióngobernante había ganado no sólo en las cinco provincias que administraba sinoen ocho distritos manejados por la oposición.
Sin embargo, tras la corrida cambiaria y la consecuentedebacle económica, las ambiciones descendieron abruptamente en medio de unpanorama en el cual, en la Casa Rosada ni siquiera pueden asegurar lareelección de Mauricio Macri.
En términos de prioridades, en el Gobierno admiten queaspiran en primer lugar que Macri sea elegido nuevamente; después retenerprovincia de Buenos Aires, Capital Federal, Mendoza, Jujuy y Corrientes. Y, sihay margen, lograr sumar dos o tres provincias más. Pero este último deseoimplica una durísima disputa con la oposición, en su mayoría peronista.
A tal punto cambió el escenario que en Balcarce 50 admiten,en reserva, que hay provincias como San Juan y San Luis, en las que los propioscandidatos de Cambiemos piden en voz baja que Macri no vaya a hacer campaña,porque les resta votos. De hecho, en ninguna de las dos provincias irán con lamarca “Cambiemos”.
“Las visitas se pensarán caso por caso”, señala un dirigenteque admite que en varias provincias, los candidatos radicales le esquivan a unavisita del Presidente. “No entienden que si miden 30 puntos hay que consolidarese voto y no pensar en el 70 por ciento restante” que rechazará la presenciade Macri en el territorio. Uno de los casos es Entre Ríos, donde el gobernadorperonista Gustavo Bordet, que perdió las legislativas, ahora parece estar a lacabeza de las encuestas, dejando varios puntos atrás a su eventual competidorde la UCR.
Claro que el desdoblamiento en la mayoría de los distritosconvierte a las campañas provinciales en discusiones locales, no nacionales.Por lo que, la presencia de Macri aporta muy poco. Además, en el Gobiernoasumen que el Presidente no mide 50 por ciento de intención de voto en ningunaprovincia.
En 2017 el oficialismo ganó en 13 distritos: provincia deBuenos Aires, Ciudad, Mendoza, Corrientes, Jujuy (en todas gobierna Cambiemos);y en las opositoras Chaco, Córdoba, Entre Ríos, La Rioja, Neuquén, Santa Fe,Salta y Santa Cruz. De estas últimas ocho, sólo en Santa Cruz tiene una peleaviable, de la mano de Eduardo Costa y frente al kirchnerismo. En el resto,dependerá de la impericia de los oficialismos.
Un ejemplo es Neuquén donde el intendente de la capitalHoracio “Pechi” Quiroga parecía destinado a suceder al gobernador OmarGuitérrez del Movimiento Popular Neuquino. Sin embargo, en los últimos sondeosque maneja la Rosada, ubican a Gutiérrez polarizando con el candidatokirchnerista Ramón Rioseco, y más atrás Quiroga.
Tanto en Tucumán, gobernada por Juan Manzur, como en la SanLuis de los Rodríguez Saá, el peronismo presentará dos candidatos. Lo que haríapensar que las chances de Cambiemos se acrecientan. Pero en el Gobierno notienen grandes expectativas de poder ganar la gobernación en ninguno de los dosdistritos.
Además de Santa Cruz, otro distrito donde el oficialismo veposibilidades es en Chubut, donde el gobernador Mariano Arcioni no irá con elkirchnerismo, y dos años atrás la UCR quedó a solo un punto de ganar loscomicios. Lo mismo ocurre en La Pampa donde, ya sin el gobernador Carlos Vernacomo candidato -un duro rival- Cambiemos ve factible pelear la provincia.
En los grandes distritos en manos del peronismo como Córdobay Santa Fe, el panorama es muy difícil. Juan Schiaretti en la primera es unrival hasta ahora infranqueable, en un distrito donde, además, el “Gringo”quedó como líder indiscutido tras la muerte del gallego José Manuel de la Sota,y donde Macri sufrió una estrepitosa caída de su imagen.
En tanto en Santa Fe, una provincia que viene signada porlos tres tercios divididos entre el socialismo -aliado con un sector radical-,el peronismo en todo su espectro y la UCR que va con Cambiemos, el PJ vienefortalecido porque si bien estuvo apenas un par de puntos por debajo tanto enlos comicios legislativos de 2017 como para la gobernación en 2015, está vezcompetirá unido.