Lunes, 29 de diciembre de 2025   |   Economía

Calor extremo y éxodo turístico: recomendaciones antes de salir a la ruta con más de 37°C

Los neumáticos y la mecánica general de un vehículo se someten a una exigencia muy alta, especialmente si el tránsito es muy lento o queda detenido por muchos minutos. Consejos y chequeos preventivos
Calor extremo y éxodo turístico: recomendaciones antes de salir a la ruta con más de 37°C

Con temperaturas ambiente máximas superiores a los 37°C previstas para los próximos días, quienes planifiquen pasar la fiesta de fin de año en las ciudades turísticas de la costa atlántica o del centro del país deben prestar especial atención a dos factores que pueden hacer el viaje más cómodo y rápido: el horario de salida y el estado mecánico general del automóvil.

Los autos modernos suelen incorporar un sensor que muestra en la pantalla o en el cuadro de instrumentos la temperatura a la que está expuesto el vehículo. Esa lectura muchas veces no coincide, especialmente en picos térmicos extremos, con la temperatura real del aire.

Ese sensor suele ubicarse en la parte delantera del auto, protegido del viento de frente que se genera al avanzar, por lo que la temperatura que marca corresponde a ese punto y no a la que informa el Servicio Meteorológico Nacional.

Cuando un vehículo queda detenido al sol durante el día, ese sensor suele entregar lecturas alarmantes de calor muy por encima del registro térmico real, porque está dentro de una “caja metálica” (el auto en sí mismo lo es) y muy cerca del piso, donde corre menos aire. Si ese piso es asfalto, el calor se intensifica por la propia composición del pavimento.

De hecho, una muestra de cuánto absorbe y genera calor el pavimento fue lo sucedido el viernes pasado en el aeroparque Jorge Newbery de la ciudad de Buenos Aires, que debió ser desafectado por algunas horas porque el asfalto de una de las cabeceras se había levantado por el calor extremo.

El auto en una ruta caliente

Salir a la ruta cuando la temperatura es mayor a 35°C implica que los neumáticos rueden sobre una superficie mucho más caliente —cercana a los 50°C—, ya que el asfalto no sólo absorbe calor sino que también lo irradia.

Además, por el mayor flujo de vehículos transitando al mismo tiempo, la velocidad suele disminuir y se producen detenciones prolongadas, los clásicos embotellamientos en las rutas hacia los destinos turísticos que se ven en todo el mundo.

En esa situación el motor permanece en marcha sin aire que entre por el radiador para refrigerarlo; el electroventilador trabaja continuamente para suplir esa falta de ventilación y el compresor del aire acondicionado funciona sin pausa. Así, no sólo las cuatro ruedas se ven exigidas al extremo, sino la mecánica en su conjunto.

Para dimensionar el impacto de los problemas mecánicos en la ruta: en la Argentina se realizan diariamente unos 6.000 auxilios por parte de empresas de asistencia mecánica. En enero, estadísticamente, los pedidos aumentan un 10% en relación con la media del verano.

Este año, en la localidad de Atalaya, a mitad de camino entre la Ciudad de Buenos Aires y la mayoría de las playas bonaerenses, SOS Asistencia Mecánica instaló un punto de chequeo rápido totalmente gratuito para los automovilistas que circulan por la ruta 2 en sentido hacia el sur.

Para evitar que este “combo explosivo” para radiadores, mangueras, cables de electricidad, ventiladores, correas, etc., arruine el viaje, es fundamental realizar una revisión mecánica preventiva que atenúe las roturas de esos elementos y asegurarse de que el nivel de líquido refrigerante del motor sea el correcto.

En cuanto a los neumáticos, no hay que alterar la presión de inflado de los 5 neumáticos (el de auxilio también) respecto de la indicada por el fabricante del vehículo, que figura en una chapa alojada en algunos marcos interiores de las puertas y en el manual del usuario.

En ambos lugares, además de la presión en condición normal, se indica la presión para carga adicional y esa es la tabla que debe respetarse. También conviene verificar que a bordo estén y en buenas condiciones todos los elementos para reemplazar una rueda en el camino.

El horario de viaje

El otro factor para mitigar el impacto del calor extremo en un viaje es adecuar el horario de salida a condiciones menos agresivas para todos.

Si es posible, se recomienda viajar de noche, cuando las temperaturas suelen oscilar entre los 22 y los 26°C, o salir en las horas previas al amanecer, con valores térmicos similares y con la llegada de las altas temperaturas una vez que se haya recorrido gran parte del trayecto o al aproximarse al destino, según los kilómetros a recorrer.

En ambos casos hay que comprobar que funcionen correctamente todas las luces, llevar el chaleco reflectivo reglamentario y verificar que las balizas triangulares de emergencia obligatorias estén en buen estado. Armarlas en casa antes de salir no solo permite recordar cómo se hace esa simple operación, sino asegurarse de que no están rotas y que podrán mantenerse de pie en la ruta si es necesario colocarlas.

Por último, un consejo para quienes van a conducir: descansar bien en las horas previas, ya que manejar con luz artificial exige un mayor esfuerzo y concentración, lo que no es compatible con la fatiga física. También es recomendable mantenerse hidratado durante todo el viaje y evitar alimentos de digestión lenta, porque favorecen la somnolencia.

Finalmente, si se sale de noche y el amanecer llegará durante el viaje, calcular una parada cuando aclara el horizonte es una buena precaución, ya que el cambio de luz artificial a natural suele generar cansancio visual en el conductor. Esa parada, de ser posible, debe realizarse en una estación de servicio y no en la banquina, que siempre es más peligrosa por la presencia de conductores fatigados al amanecer.

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