
Después de 15 meses de advertir un incumplimiento en la actualización de la fórmula de precios, las pequeñas y medianas empresas productoras de biocombustibles denunciaron que el sector opera con pérdidas, con plantas inactivas y 4.000 puestos de trabajo en riesgo. Solicitaron discutir una nueva ley en el Congreso. Las cámaras del sector señalaron que Argentina se ha estancado mientras Estados Unidos y Brasil han incrementado significativamente su producción.
En una presentación realizada ante la Comisión de Agricultura del Senado, Axel Boerr, presidente de la Cámara Panamericana de Biocombustibles Avanzados (Capba); Marcelo Kuszniertz, presidente de la Cámara Santafesina de Energías Renovables (Casfer); Federico Martelli, director ejecutivo de la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (Cepreb), e Hilarión Del Olmo, secretario de Capba, resaltaron que las plantas enfrentan altos costos de mantenimiento y algunas llevan 15 días inactivas. Argumentaron que el corte del 7,5% está diseñado para operar la mitad del tiempo y solicitaron actualizaciones en los precios. Según Cepreb, producir una tonelada cuesta $1.689.000 —incluyendo insumos como aceite de soja, metanol, mano de obra y otros gastos—, pero el precio establecido por la Secretaría de Energía es de $1.408.000, muy por debajo de lo necesario para ser rentable, ya que ni siquiera cubre los costos de producción.
Boerr, quien coordina a los expositores, afirmó que “el biodiésel no compite con Vaca Muerta”, señalando que Argentina es deficitaria en gasoil: “Aproximadamente uno de cada cuatro litros que se venden es importado o proviene de biodiésel. Aumentar el uso de biodiésel no nos hará competir con Vaca Muerta, ya que el crudo de Vaca Muerta se exportará de todas maneras. El biodiésel argentino es el más barato del mundo, reduce un 70% las emisiones y es el más económico”. Coincidieron en que la ley de biocombustibles 27.640 debería ser reemplazada, ya que permite que las pymes operen apenas al 50% de su capacidad instalada.
Marcelo Kuszniertz, presidente de Casfer, durante su exposición
“Al observar el personal de la Secretaría de Energía, notamos que provienen casi en su totalidad del sector petrolero. No hay nadie del área del litio o del bioetanol. Necesitamos una perspectiva integral y federal, y este es el ámbito de discusión para que senadores y diputados comprendan que representamos empresas distribuidas a lo largo y ancho de Argentina. A pesar de nuestras diferencias, hemos sido proactivos en la búsqueda de soluciones. El único sector que se ve perjudicado entre los que producen combustibles es el biodiésel: debemos mirar lo que hace Estados Unidos”, afirmó Kuszniertz.
Por su parte, Martelli añadió: “Es inaceptable que Argentina, debido a problemas coyunturales macro y microeconómicos o políticos de diversa índole, no pueda mantener una discusión seria sobre el desarrollo estratégico de los biocombustibles, considerando el impacto positivo no solo en el biodiésel, sino también en todas las externalidades favorables vinculadas al ahorro de divisas”.
Señalaron que esto también repercute en la recaudación fiscal de Argentina, ya que el uso de aproximadamente 900.000 toneladas de aceite de soja anuales para producir biodiésel elimina ese aceite del mercado exportador y, por ende, contribuye a mantener altos los precios del aceite de soja. “Las cerealeras lo venden a un valor más elevado, toda la cadena de valor obtiene mayores ganancias y, finalmente, también hay un precio que llega al productor debido a que se sostienen, en parte, los precios de las oleaginosas”, destacó.
Continuó: “Es inaceptable que, por problemas coyunturales, la política haya decidido obligarnos a operar con pérdidas. Hoy, todas las pymes que producen biodiésel para el mercado interno están en esta situación. Las dos principales materias primas para la producción de biodiésel son el aceite de soja y el metanol, ambos insumos cotizan en dólares. No podemos imponer a YPF o a las aceiteras que nos vendan sus productos al precio que deseamos. El aceite tiene un precio de mercado y el dólar se puede verificar diariamente. Por lo tanto, adquirimos la materia prima a un costo que no controlamos”.
Por otra parte, Del Olmo advirtió que la normativa actual obstaculiza el desarrollo: “La ley prohíbe la inversión para crecer. Puede parecer extraño, pero no se puede invertir porque la norma no lo permite o establece que si lo haces, no puedes obtener ningún rédito”. Demandó un nuevo marco con “reglas claras, equitativas y que permitan nuevamente el crecimiento del sector”.
Recordó que, mientras Estados Unidos multiplicó su producción en más de un 1.100% y Brasil en un 600%, Argentina retrocedió un 26% entre 2010 y 2015.