
La elección legislativa de este domingo en Buenos Aires ha captado la atención en los últimos días de bancos internacionales e inversores de Wall Street, marcando un paso que podría definir el rumbo de la economía en los próximos meses.
La provincia más grande del país se ha convertido una vez más en un test inmediato del clima político y de la capacidad del Gobierno de Javier Milei para mostrar fortaleza antes de las elecciones legislativas nacionales de octubre.
Este escenario es seguido de cerca por los principales bancos, fondos y consultoras, que proyectan alternativas concretas para las variables económicas centrales según el resultado de este domingo: dólar, bonos, tasas, inflación y actividad. Tanto un resultado favorable para La Libertad Avanza como una derrota ajustada son considerados escenarios optimistas, mientras que una amplia diferencia en contra podría desencadenar una nueva ola de volatilidad.
Durante la semana previa a la votación, la preocupación por la evolución del mercado se reflejó en que el índice de riesgo país cerró por encima de los 900 puntos básicos y el dólar minorista en $1.380, mientras persistieron interrogantes sobre la acumulación de reservas.
Corresponderá al ministro de Economía, Luis Caputo, brindar claridad sobre cómo evolucionará esa variable después de octubre. Por el momento, los informes de consultoras y bancos internacionales coinciden en que el clima de incertidumbre y el acceso costoso al financiamiento condicionan la estrategia oficial, mientras el Tesoro ha evitado informar oficialmente cuántas divisas, de los USD 1.700 millones con los que contaba el lunes, vendió esta semana para contener las presiones sobre el tipo de cambio.
Las proyecciones de JP Morgan dominaron las conversaciones de los operadores en la City. Según su último reporte, el impacto electoral sobre el dólar y las tasas de interés estará determinado por el margen entre el oficialismo bonaerense, el kirchnerismo, y la oposición de La Libertad Avanza. El informe enumera tres escenarios: una derrota de LLA por menos de 5 puntos, que ya es “descontada” por el mercado; un resultado adverso amplio, con caída de bonos y presión cambiaria; y un triunfo oficialista del poder central, que podría impulsar los precios de los bonos soberanos.
La entidad sostuvo: “El riesgo político, y no un agotamiento del programa macroeconómico actual, resulta la principal fuente de volatilidad local. Superar las elecciones debería ayudar a restablecer la estabilidad”. Sin embargo, también pesa sobre el Gobierno la repercusión que tendrá la filtración de audios que revelan supuestos casos de corrupción.
En la misma línea, el análisis de Morgan Stanley destaca que el apetito internacional por deuda argentina sigue vinculado a la expectativa de reformas y entendimientos políticos tras los comicios. Según sus analistas, la legitimidad que obtenga el Gobierno nacional en Buenos Aires impactará en la probabilidad de avanzar con cambios fiscales y monetarios durante el último trimestre del año.
El banco recomienda monitorear las señales que ofrezca el resultado bonaerense, dado que funcionará como “barómetro de la confianza interna y externa de la administración Milei”.
Capital Economics advirtió que el resultado de la elección provincial puede implicar cambios en la dirección del programa económico, especialmente si se traduce en nuevas presiones sobre las reservas y la disponibilidad de fondos para afrontar vencimientos.
La consultora británica subrayó que “la acumulación efectiva de reservas, la estabilización del tipo de cambio real y la inflación mensual son esenciales para mantener la confianza del mercado”.
Desde Londres, sus analistas alertaron sobre la reacción de los activos argentinos en caso de que una ventaja opositora supere las expectativas: “Los inversores se preparan para volatilidad en todos los frentes”.
La visión de Adcap Grupo Financiero sintetiza el clima de prudencia en los fondos locales e internacionales. Destacó que el comportamiento de los instrumentos en pesos, la inflación y el dólar libre dependerán del margen electoral y de la reacción oficial ante posibles episodios de iliquidez. Su último informe resalta que la demanda de pesos continúa débil y que las intervenciones oficiales han alimentado la tensión en el mercado cambiario.
Adcap subrayó que la transparencia en las intervenciones y señales sobre cómo el Tesoro busca administrar la liquidez son “ingredientes clave” para evitar que el shock electoral se traduzca en mayor volatilidad.
Grit Capital Group resaltó que la incertidumbre política amplifica los movimientos en bonos y activos líquidos en la antesala de la votación. La sensibilidad de los precios ante cualquier resultado que difiera del consenso es alta; en el mercado, la atención se posará en el comportamiento intradiario del dólar libre y el índice de riesgo país como primer termómetro tras el escrutinio.
La mesa de StoneX, bajo la dirección del estratega Ramiro Blazquez, reforzó la atención sobre la deuda soberana: “Los tenedores de bonos están muy atentos al resultado de las elecciones legislativas de este domingo en la Provincia de Buenos Aires. El precio de los bonos ya descontó que LLA perderá por unos 5 puntos, por lo que ese resultado no debería tener impacto. Una derrota mayor sería un escenario de caída significativa de los bonos y probablemente presión en el tipo de cambio. Por otro lado, una victoria de LLA sí representaría un escenario de rally alcista.”
Blazquez advirtió: “Cualquier tipo de intervención sobre el dólar es considerada negativa por el mercado, dado que Argentina no tiene una buena posición de reservas. El mercado exigirá una reformulación de la política después de las elecciones legislativas nacionales de octubre. Primero, una hoja de ruta que indique que el Banco Central acumulará reservas y, además, un tono del oficialismo más propenso a generar acuerdos con la oposición dialoguista para avanzar en reformas pendientes que Milei prometió.”
Según el CITI, tras una encuesta a clientes y operadores, el 64% de las posiciones esperaban un impacto positivo del resultado bonaerense, mientras que para el 86% la perspectiva dependerá de lo que ocurra entre los comicios en Buenos Aires y las elecciones generales en octubre.
Bank of America mantuvo su recomendación “Overweight” sobre la deuda argentina, aunque reconoció que la percepción negativa sobre el Gobierno está en aumento debido a la combinación de volatilidad de tasas, desaceleración de la actividad y desgaste político. El informe analizó cuatro escenarios para la economía post-electoral (dos alcistas, uno intermedio y uno bajista), y estimó que los precios actuales descuentan un avance limitado en reformas.
La entidad destacó el carácter “asimétrico” del índice de riesgo país: “La disciplina fiscal y la clara disposición del Gobierno a pagar deuda externa deberían impedir que los bonos se desplomen incluso si se concreta el escenario negativo de derrota para LLA”. El banco estimó rendimientos promedios esperados en torno al 10% hacia fin de año, aunque un desenlace electoral que supere la volatilidad ya incorporada en los precios provocará nuevos ajustes.
Frente a un escenario de reservas frágiles y tasas de interés en niveles altos, Pablo Quirno, secretario de Finanzas, fijó posición en el cierre de la 46ª Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) en Bariloche, tras una semana marcada por la incertidumbre.
“Nosotros no estamos vendiendo dólares, no estamos interviniendo, estamos proveyendo liquidez. No vamos a permitir que la solidez del programa macroeconómico se vea afectada por el programa en inflación o en tipo de cambio”, justificó ante ejecutivos y empresarios.
Quirno rechazó que la estrategia cambiaria implique manipulación del tipo de cambio y enfatizó que la meta principal sigue siendo la desinflación. Sobre el acceso a los mercados y la acumulación de reservas, sintetizó: “Estamos trabajando para seguir honrando nuestras obligaciones, porque continuando en este camino, no hay absolutamente ninguna duda de que vamos a acceder a los mercados. Lo que no sabemos es cuándo.”
El funcionario subrayó que la política de acumulación de reservas tiene como objetivo garantizar los pagos futuros, sin incrementar la presión en el mercado de cambios: “¿Vamos a salir a comprar dólares emitiendo pesos o inyectando liquidez? No, no lo vamos a hacer.”
Con expectativas divididas ante el desenlace de los comicios en Buenos Aires, el mercado observará la dinámica de los activos locales, la reacción del Gobierno y la señal de reservas, mientras la economía atraviesa una etapa de amplia volatilidad y prueba de confianza.
El camino hacia octubre y lo que venga después plantea interrogantes entre bancos y analistas: ¿Cómo evolucionará la compra de reservas? ¿Está dispuesto el Gobierno a convalidar un dólar más alto y poner en riesgo el proceso de desinflación? ¿Habrá acceso inmediato al financiamiento para afrontar pagos de más de USD 4.000 millones a bonistas en octubre?