
Con la firma del presidente Javier Milei, el texto definitivo del Gobierno para el proyecto de Reforma laboral quedó oficializado este jueves y está listo para ser ingresado al Congreso, donde se discutirá en las sesiones extraordinarias que finalizan el próximo 30 de diciembre.
El proyecto incluye un capítulo dedicado a Reducción de carga tributaria; en su capítulo 1°, en el ítem denominado “Impuestos selectivos al consumo”, se propone dejar sin efecto el impuesto previsto en la Ley de Impuestos Internos para los rubros de seguros, servicios de telefonía celular y satelital, objetos suntuarios y vehículos automóviles y motores, embarcaciones de recreo o deportes y aeronaves.
En la práctica, si se aprueba el proyecto en su totalidad, el sector automotriz se beneficiará con la eliminación del conocido impuesto al lujo que hoy grava a los vehículos con un precio superior a aproximadamente $103.000.000, sobre los cuales se aplica un impuesto del 18%.
Como consecuencia, los autos que hasta ahora se mantenían en ese tope para evitar el pago podrán aumentar ligeramente su precio para ubicarse en su verdadero escalón; en tanto, los que tenían valores superiores a los $130.000.000 podrían reducirse cerca de un 25% y situarse en la franja desierta de entre 108 y 125 millones.
Aunque parezca una medida que sólo favorece a los sectores de mayor poder adquisitivo, el beneficio alcanzará a la franja inmediata inferior de autos y también a la recaudación del Estado: si bien dejará de percibirse el impuesto interno, aumentará el volumen de autos importados de extrazona que tributan un arancel del 35%.
El texto del proyecto establece que la eliminación del impuesto regirá desde el primer día del mes inmediato siguiente a la entrada en vigencia de la ley; por eso, el sector automotor prevé que, si todo sale según lo esperado por el Gobierno, este gravamen —que impacta en un 22% por tratarse de un impuesto aplicado sobre otro impuesto— dejará de aplicarse desde el 1 de enero de 2026.
Aunque el impacto a futuro sería muy positivo, es probable que las ventas de autos de alta gama en diciembre en la Argentina sean malas: ante la expectativa de una caída de precios por la eliminación del impuesto, los compradores, razonablemente, aguardarán a enero para conseguir un mejor negocio.
Sin embargo, por la estacionalidad y porque con sólo esperar dos o tres semanas puede patentarse un auto en 2026, el impacto negativo real sobre las ventas de este mes no debería afectar en gran medida las cifras de patentamientos del cierre del año.
El impacto en el precio de los autos
Si bien hoy el impuesto al lujo grava únicamente a los vehículos más caros del mercado, reducir el precio de modelos que actualmente cuestan cerca de $130.000.000 a poco más de $100.000.000 provocará un efecto en cascada muy relevante en la escala de precios de los autos 0km.
Al igual que ocurrió en enero con los autos que dejaron de pagar la escala 1 de este impuesto, su eliminación total permitirá que los precios de la franja media y alta se reescalonen de forma natural.
En la práctica, la escala 2 provoca una “laguna sin autos” entre los modelos que, por su precio natural o por ser topeados, se venden por debajo de los $103.000.000 y evitan el impuesto, y aquellos que no pueden reducir tanto su precio y lo pagan, saltando a valores cercanos a los $134.000.000 por efecto del gravamen.
El efecto de que vehículos que costaban más de 130 millones pasen a cerca de 100 millones es que los modelos que estaban cerca de las 9 cifras tendrán que reducir su precio al menos un 10% para no quedar caros frente a modelos más equipados o sofisticados que se ubicaban inmediatamente por encima en la escala.
Así, si un auto de $100.000.000 baja a menos de 90 millones, los que costaban 80 millones también deberán reducirse para seguir siendo competitivos, lo que provoca una reducción hipotética pero plausible y un reescalonamiento general de precios para los modelos de más de 60 millones de pesos.
Qué son los impuestos internos
Desde su reimplantación en 2020, la escala 1 del impuesto al lujo gravaba con un 20% (25% de impacto efectivo) a los autos 0 km de la franja media. En los últimos años de vigencia, debido a la alta inflación y a la actualización trimestral de la tabla de valores que realizaba la AFIP (hoy ARCA), también afectó a los autos más populares, lo que obligó a las marcas a “topear” los precios para evitar la tributación, incluso en los modelos más baratos del mercado.
Esa escala fue suspendida desde enero de 2025 como medida para impulsar la caída de precios en los autos de mayor demanda del mercado.
La escala 2, que gravaba con un 35% (53% real) a los autos más caros, se redujo al 18% (con un impacto del 22% real) este año como medida complementaria. Actualmente se aplica sobre modelos cuyo precio de venta aproximado supera los $103.000.000.
Este impuesto alcanza únicamente a autos particulares, ya sean hatchback o sedanes, y a SUV de todos los segmentos; no alcanza a vehículos comerciales livianos como las pick-ups en todas sus especificaciones, ni a furgones y Vans.
Otras consecuencias
Reducir el precio de los autos no sólo los hace más accesibles para la compra, sino también para su uso: un vehículo que baja de precio paga menos en seguro, menos patente y menos inscripción inicial.
Y si bien el Estado dejará de recaudar por ese concepto, el hecho de que ese segmento de vehículos ingrese al país con precios más competitivos debería generar más ventas; por tanto, en materia de recaudación fiscal, si más autos entran pagando el 35% de arancel de importación extrazona, es probable que la recaudación total no disminuya e incluso aumente respecto de antes.
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