Jueves, 7 de agosto de 2025   |   Campo

Aumentos de hasta 4000 kilos en maíz y 800 en soja: la práctica que marca la diferencia

Aumentos de hasta 4000 kilos en maíz y 800 en soja: la práctica que marca la diferencia

Ayer, en la primera jornada del XXXIII Congreso Aapresid, especialistas expusieron sobre las tendencias en manejo, ofreciendo definiciones precisas. En particular, se abordaron temas como los cultivos de servicio y el maíz tardío, centrando la atención en fechas, consumo de agua, fertilización y rendimiento. El evento, organizado por Expoagro, se realizará hasta mañana y reúne a productores, técnicos y empresas del sector para discutir sobre innovación, sustentabilidad y los desafíos que enfrenta actualmente la agricultura argentina.

En detalle, expertos de las redes temáticas de la entidad compartieron resultados de ensayos realizados en todo el país y los aspectos clave a considerar para la toma de decisiones respecto a los principales cultivos, entre ellos, los cultivos de servicio y el maíz tardío.

Durante el panel “Cultivando servicios, qué nos muestra el trabajo en red”, el investigador del Conicet y profesor de la Facultad de Agronomía de la UBA, Gervasio Piñeiro, presentó las conclusiones más destacadas del trabajo realizado en la Red de Cultivos de Servicio a lo largo de la campaña 2024/25.

Algunas cifras proporcionadas por la Red bajo su coordinación respaldan sus afirmaciones: la producción de biomasa promedio se sitúo entre 4000 y 5000 kilos en gramíneas (principalmente centeno), leguminosas y crucíferas (como carinata y rábano).

En un año con un buen caudal hídrico, el especialista notó un incremento en la superficie destinada a estos cultivos, tras la caída observada debido a la sequía en 2022 y 2023, y subrayó la importancia de un adecuado manejo para aprovechar las campañas invernales y devolver al suelo nutrientes y cobertura.

Con niveles de biomasa muy favorables y diferencias positivas en el rendimiento durante las campañas estivales, Piñeiro resaltó que “los beneficios de los cultivos de servicios son claros”.

Los datos proporcionados por la Red que coordina lo respaldan: la producción de biomasa promedió entre 4000 y 5000 kilos en gramíneas (principalmente centeno), leguminosas y crucíferas (como carinata y rábano), y se registraron incrementos en los rindes de más de 800 kilos en soja y hasta 4000 kilos en maíz cuando se implementaron cultivos de servicio como antecesores.

El ingeniero agrónomo Santiago Álvarez Prado analizó el caso particular del maíz tardío, destacando el impacto que tiene la elección del cultivo de servicio antecesor, así como los híbridos, la nutrición y el manejo de enfermedades sobre el rendimiento de este grano.

En este contexto, enfatizó que “el talón de Aquiles de los cultivos de servicio es el agua” y advirtió que, a diferencia de lo que se suele pensar, “el barbecho largo no es una caja de ahorro, sino que también consume mucho”.

El ingeniero agrónomo, doctor en ciencias agrarias e investigador de UNR y Conicet, Santiago Álvarez Prado, examinó el caso específico del maíz tardío y el efecto que tiene la selección del cultivo de servicio antecesor, los híbridos, la nutrición y el manejo de enfermedades sobre el rendimiento de ese grano.

La conclusión alcanzada por la Red es que, para maximizar los beneficios que aportan al suelo y asegurar un adecuado stock hídrico para la próxima campaña, es fundamental optar por los cultivos de servicio, pero “terminar a tiempo”, incluso a riesgo de obtener una menor producción de biomasa.

En el panel “Decisiones que rinden; estrategias de manejo para maíz tardío en Zona Núcleo”, el académico Joel Spinozzi subrayó la importancia de la evaluación previa antes de seleccionar un híbrido determinado, fertilizar o aplicar fungicidas.

“El mensaje es ‘evitemos las recetas’”, afirmó, y, en línea con lo expresado por Piñeiro en su presentación, destacó los beneficios de los cultivos de servicio para mejorar el balance de nutrientes y reducir costos en fertilización.

“En gran parte de la zona núcleo hay margen para incrementar el rendimiento mediante la aplicación de nitrógeno. Fertilizar más puede implicar un costo que tal vez nadie quiera asumir, y manejar adecuadamente el cultivo antecesor podría ser una alternativa”, explicó el especialista, quien también resaltó que, además de aportar nutrientes, es un excelente método para controlar malezas y optimizar aplicaciones.

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