
El turismo mundial está experimentando un cambio significativo: un número creciente de destinos implementa impuestos turísticos ambientales como respuesta a los retos climáticos y la necesidad de proteger los lugares más visitados. Desde Hawái y Grecia hasta Bali, Maldivas y Nueva Zelanda, las autoridades han puesto en marcha nuevas tarifas que financian la adaptación, restauración y prevención de desastres.
Según la BBC, aunque estas medidas incrementan el costo del viaje, su objetivo es asegurar la supervivencia de los sitios turísticos frente a fenómenos meteorológicos extremos y la presión sobre los recursos.
En los últimos años, estos impuestos han cobrado impulso. La BBC señala que, a raíz del aumento en fenómenos como incendios, sequías y el aumento del nivel del mar, varios países están buscando alternativas de financiamiento para proteger su patrimonio. Las tarifas, aplicadas en alojamientos, transportes y parques nacionales, responden a la urgente necesidad de fortalecer la resiliencia de los destinos.
Un caso ejemplar es el de Hawái, donde los incendios de agosto de 2023 devastaron la histórica Lahaina, en Maui, dejando un saldo de 102 víctimas fatales y más de 2.000 edificaciones destruidas. Este siniestro, uno de los más mortales vinculados al clima en la historia de Estados Unidos, dio origen a la denominada “tarifa verde”.
En mayo de 2024, Hawái estableció el primer impuesto turístico del país, vinculado expresamente al cambio climático: un recargo del 0,75% en las estancias, con la meta de recaudar 100 millones de dólares anuales a partir de 2026. Los fondos se destinarán a la recuperación tras desastres, restauración marina y adaptación ambiental.
El gobernador Josh Green destacó que esta medida responde al impacto de los 10 millones de turistas anuales y a la creciente necesidad de enfrentar desastres más frecuentes. Susan Fazekas, guía y empresaria local, comentó a la BBC: “Pedirles que contribuyan al cuidado de estos lugares no es una carga; es una oportunidad de participar en su preservación. También es una forma de honrar el kuleana (responsabilidad compartida) que todos tenemos para proteger el futuro de Hawái.”
La tendencia también se observa en otras regiones. Grecia, a partir de enero de 2024, sustituirá el antiguo gravamen nocturno por la Tarifa de Resiliencia ante la Crisis Climática. Los viajeros deberán pagar entre 0,58 y 11,60 dólares por noche, según la categoría y la temporada, con recargos de hasta 24 dólares en islas como Mykonos y Santorini. Se espera recaudar 460 millones de dólares para infraestructura hídrica, prevención y restauración de ecosistemas.
En Bali, desde 2024 se requerirá una tarifa de 9,18 dólares destinada a la protección ambiental. En Maldivas, el “impuesto verde” nocturno, vigente desde 2015, se duplicará en enero de 2025; la mayoría de los hospedajes ahora cobrará 12 dólares por persona y noche. Los recursos se dirigirán a la gestión de residuos y protección costera.
Por otro lado, Nueva Zelanda casi triplicó la International Visitor Levy iniciada en 2019, estableciendo el monto en 58 dólares en 2024, para conservación y turismo sostenible.
Aunque estas cantidades representan una porción pequeña del costo total, su efectividad depende de una gestión adecuada. Rachel Dodds, experta en turismo de la Universidad Metropolitana de Toronto, opinó ante la BBC: “Los impuestos turísticos pueden ser una fuente fácil de ingresos adicionales para apoyar iniciativas de sostenibilidad o climáticas, pero la transparencia es crucial para asegurar que el dinero realmente se destine a esos fines”.
Algunos países han adoptado una gestión transparente. Las Maldivas publican informes mensuales sobre el uso de los fondos en protección costera y manejo de residuos. Nueva Zelanda emite reportes anuales sobre proyectos ejecutados, como la reparación de senderos y mejoras en vías ciclistas.
Tras los incendios de Lahaina, Hawái creó un Equipo Asesor Climático que elaboró un informe de 60 páginas, detallando acciones de resiliencia y financiamiento, con el objetivo de forjar confianza pública.
Chris Benjamin, presidente del equipo, declaró a la BBC que la rigurosidad de los datos y la consulta social generaron respaldo a la tarifa.
La disposición de los turistas a aceptar estos impuestos varía en función de la transparencia en el uso de los recursos. El Informe de Viajes Sostenibles 2024 de Booking.com muestra que el 75% de los viajeros planea optar por alternativas más sostenibles y el 71% desea dejar una huella positiva. Un estudio de Euromonitor indica que casi el 80% está dispuesto a pagar al menos un 10% más por opciones que prioricen el ambiente.
Diversas voces citadas por la BBC coinciden en esta perspectiva. Maho Tanaka, publicista japonesa, apoya la iniciativa hawaiana siempre que la recaudación favorezca la conservación: “Se siente como una contribución a algo importante. Hawái es como un gran parque nacional. Tiene sentido apoyarlo”.
Christopher Imbsen, vicepresidente de Investigación y Sostenibilidad del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, sostiene que la sostenibilidad debe incorporarse a los servicios desde el inicio. “No debe ser un lujo ni una capa adicional de complejidad. Si la sostenibilidad se integra desde el principio, la gente no tendrá que elegirla conscientemente: será simplemente la opción obvia”, afirmó a la BBC.
La implementación de impuestos climáticos en el turismo marca un cambio de paradigma: los viajes dejan de ser extractivos y promueven la colaboración con las comunidades locales. Fazekas, guía de Maui, enfatiza la importancia de buscar experiencias profundas, respetar la cultura y el entorno, educar a los visitantes y crear oportunidades de retribución.
A pesar de que los viajes puedan implicar un costo adicional, esa contribución puede ser crucial para preservar los destinos para las futuras generaciones.