Martes, 5 de agosto de 2025   |   Economía

Aumentan las importaciones de carne de Brasil en Argentina, alcanzando niveles récord desde 2019 por diferencia de precios

La Argentina, uno de los mercados que más cantidad de carne vacuna produce en el mundo, compró más de 1.000 toneladas al país vecino por la diferencia de precios y la apertura comercial
Aumentan las importaciones de carne de Brasil en Argentina, alcanzando niveles récord desde 2019 por diferencia de precios

Argentina, uno de los principales productores y consumidores de carne vacuna a nivel mundial, ha comenzado a realizar importaciones de carne desde Brasil. Según informó la agencia de noticias Bloomberg, esta situación se debe al impacto de las políticas económicas del presidente Javier Milei, que han fortalecido el peso y facilitado la apertura comercial, hasta el punto de que, en ciertos casos, resulta más económico adquirir carne en el exterior que producirla localmente.

La consultora AZ Group señaló que en el primer semestre de 2025, el promedio mensual de importaciones de carne brasileña alcanzó las 1.033 toneladas, en contraste con apenas 24 toneladas en el mismo período del año anterior. Este volumen marca un récord estacional desde que se iniciaron los registros en 1997, según datos oficiales de Brasil. En términos globales, las importaciones totales de carne vacuna por parte de Argentina se sitúan en su nivel más alto desde 2019.

A pesar de que el volumen importado representa una fracción menor en comparación con la producción nacional —estimada en alrededor de 250.000 toneladas mensuales—, este fenómeno revela un cambio en la dinámica impuesto por la política cambiaria del gobierno. Bloomberg subrayó que la decisión de Milei de mantener un peso fuerte, en combinación con la liberalización del comercio, tenía como objetivo combatir la inflación. Sin embargo, esto ha facilitado las importaciones, complicando al mismo tiempo el balance comercial en un momento en que el Ejecutivo necesita acumular divisas y cumplir con metas pactadas con el Fondo Monetario Internacional.

“El fortalecimiento del peso en términos reales abrió la puerta para traer carne desde Brasil a precios competitivos”, explicó Diego Ponti, analista del mercado de carne vacuna en AZ Group, citado por Bloomberg. No obstante, aclaró que se trata de volúmenes muy reducidos, asociados a operaciones puntuales de compradores en zonas fronterizas o empresas frigoríficas con presencia en ambos países.

La política monetaria también ha tenido efectos directos en el mercado ganadero local. Según datos de AZ Group, en ciertos momentos del año los frigoríficos han llegado a pagar el equivalente a casi 5 dólares por kilo de novillo. Este aumento en dólares ha ejercido presión sobre los márgenes y, en algunos casos, ha favorecido la opción de importar.

Este fenómeno se presenta en un contexto en el que el consumo interno, aunque en declive, sigue siendo elevado. Cada argentino consume aproximadamente 50 kilos de carne vacuna anualmente. Aunque esta cifra ha disminuido en comparación con años anteriores, Argentina continúa posicionándose entre los países con mayor consumo per cápita del mundo. En este marco, el precio de la carne tiene una carga política significativa, especialmente de cara a las elecciones legislativas de octubre. De acuerdo con el informe mencionado, en junio el precio de la carne aumentó un 53% interanual en el Área Metropolitana de Buenos Aires, en contraste con una inflación general del 39% para el mismo período.

El impacto del comercio exterior también se percibe en otros mercados. Argentina exportó el año pasado carne vacuna por unos 3.400 millones de dólares, siendo China su principal destino. Bloomberg recordó que, tras la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 50% a la carne brasileña, es probable que gran parte del excedente que Brasil no pueda vender en Estados Unidos se dirija al mercado chino. En ese sentido, Ponti anticipó que los importadores chinos podrían presionar para obtener contratos a precios más bajos, lo que afectaría a otros proveedores, incluida Argentina.

La tendencia a importar carne en un país tradicionalmente exportador como Argentina representa una anomalía que pone de relieve los efectos no deseados de la política económica actual. Aunque los volúmenes son marginales, este fenómeno pone de manifiesto las tensiones entre la lucha contra la inflación, la apertura comercial y las necesidades de mantener el superávit externo.

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