Miércoles, 11 de junio de 2025   |   Campo

Aumenta la denuncia: hasta 550,000 productos de contrabando diarios ingresan desde Bolivia, Paraguay y Brasil

Aumenta la denuncia: hasta 550,000 productos de contrabando diarios ingresan desde Bolivia, Paraguay y Brasil

Con total impunidad, cientos de miles de huevos ingresan diariamente desde países limítrofes, sin control sanitario ni documentación. La Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia) ha alertado sobre el grave riesgo que esto representa para la salud pública y el impacto económico en las provincias del norte. Denuncian que existe connivencia estatal y que no se toman medidas a pesar de tener pruebas. La entrada ilegal de este alimento se ha intensificado en un contexto en el que Argentina se volvió cara en dólares en comparación con los países vecinos, creando un mercado paralelo o “blue”, que nadie contiene, ofreciendo productos a precios inferiores.

Mientras los pequeños productores avícolas del norte argentino ven cómo se desploman sus ventas, decenas de cajones de huevos cruzan las fronteras a diario en camiones provenientes de Bolivia, Paraguay y Brasil. Según datos de Capia, ingresan aproximadamente 550.000 unidades al país diariamente, sin controles sanitarios ni respaldo legal. Las provincias más perjudicadas son Salta, Formosa y Misiones, donde “hoy directamente no se vende nada”, advierten.

El presidente de Capia, Javier Prida, calificó la situación como un “desastre”, advirtiendo que el fenómeno no solo tiene implicaciones económicas, sino también sanitarias. “Al hablar con algunos funcionarios, parece que creen que es solo un asunto comercial. Argumentan que el contrabando ha existido siempre, y que cuando era desde aquí hacia esos países nadie se quejaba, pero ahora nos preocupamos porque es de allá hacia acá. Y eso no es cierto”, explicó a LA NACION.

Contrabando de huevos

Aunque el problema empezó a hacerse evidente a mediados de 2024, en los últimos meses la situación se ha acelerado drásticamente. “En Argentina, el tipo de cambio se ha anclado y nosotros somos caros en dólares. Un cajón de huevos de producción nacional cuesta unos US$48, mientras que en Brasil se paga entre 36 y 37, y en Bolivia, US$26, debido a la existencia de un mercado paralelo”, detalló.

Prida afirmó que se han comunicado con funcionarios nacionales y provinciales, sin éxito en la búsqueda de soluciones. “El contrabando hormiga siempre existirá, el tipo que pasa cuatro cajas en una motito. Pero lo que nos preocupa ahora son los vehículos con patentes de Paraguay y Brasil que traen camiones repletos de huevos. No se trata de una sola caja. Los hemos filmado, compartimos las imágenes con las autoridades, pero nadie presenta una denuncia”, comentó.

“No podemos ir a Formosa o a Clorinda a controlar quién pasa huevos. ¿Nadie ve pasar un camión lleno de huevos? Los controles del Senasa allí son inexistentes. Existe connivencia de funcionarios públicos, aunque no sabemos de qué departamento; esto es más un problema nacional que provincial. Es cuestión de sentido común”, sostuvo.

Para Prida, no hay dudas: “Hay complicidad. No estamos hablando de una señora en Bolivia con dos cajas en la espalda. Hablamos de camiones con matrículas bolivianas que llegan a Tucumán, vendiendo huevos de manera clandestina, sin papeles ni documentación”.

Productores avícolas tomaron una foto de un camión con la descarga de huevos que pusieron en la miraGza.

El riesgo sanitario es el aspecto más alarmante de esta situación. “Brasil, Paraguay y Bolivia no cuentan con el mismo estatus sanitario que Argentina. No solo se trata de huevos; también ingresan asado, cerdo, pollo, cerveza, bebidas alcohólicas, electrodomésticos. Es contrabando puro. Hay una perforación de frontera absoluta”, denunció.

El impacto es directo sobre las economías regionales. “En esas provincias no hay grandes productores. La mayoría son pequeños productores que dependen de esa venta y están subsistiendo. ¿Cómo pueden competir si los costos son superiores al precio de los huevos que ingresan? Un maple argentino cuesta $8000, mientras que uno paraguayo, $5000. Al consumidor no le importa el origen”, lamentó.

Según explicó, la mercadería ilegal se detecta con facilidad. “Son cajas rotuladas en portugués (de Brasil) o que indican directamente huevo de Paraguay. El huevo boliviano es el único que viene sin rotular, pero lo atan con hilo; no lo encintan como en Argentina, y esta es la manera en que sabemos que proviene de ese país. El brasileño viene en cajas de cartón, y el paraguayo en plástico termocontraíble. Los identificamos rápidamente”, contó.

La mercadería ilegal se detecta fácilmente: “Son cajas rotuladas en portugués (de Brasil) o que dice directamente huevo de Paraguay; el boliviano es el único que viene sin rotular, pero lo atan con hilo, no lo encintan como en la Argentina, y esa es la manera que sabemos que viene de ese país”Gza.

La entidad tiene identificados incluso a los responsables. “Conocemos los lugares y los teléfonos de los contrabandistas, pero el Estado no hace nada. Me reuní con personal del Ministerio de Seguridad, que se mostró muy receptivo, pero no tienen recursos suficientes. En el Senasa central responden y envían directivas, pero el resto brilla por su ausencia”, advirtió.

Prida insistió en que esto no se trata únicamente de comercio informal, sino de salud públicaGza.

Prida reiteró que esto no se trata simplemente de comercio informal, sino de salud pública. “Este es un tema sanitario, y el Estado no actúa. Hay funcionarios preocupados, pero claramente no es suficiente. Hoy, el contrabando opera con total impunidad”, concluyó.

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