Este viernes se reunirán en Turkmenistán, uno de los países más aislados de Asia Central, los líderes de Rusia, Turquía e Irán, en el marco de una cumbre internacional convocada para conmemorar los 30 años de neutralidad oficial de la nación centroasiática.
La doctrina de “neutralidad permanente” constituye el eje de la política exterior de esta ex república soviética y ha contribuido a su aislamiento internacional.
Al encuentro asistirán —entre otros mandatarios regionales invitados— el líder ruso Vladimir Putin, el turco Recep Tayyip Erdogan y el iraní Masoud Pezeshkian.
Turkmenistán mantiene relaciones preferentes con China, Rusia, Irán y Turquía, principalmente por la exportación de gas natural, mientras que la cooperación con países occidentales sigue siendo marginal.
Antes de la cumbre internacional, el mandatario Serdar Berdymukhamedov publicó un nuevo libro, presentado oficialmente como un “regalo precioso para el pueblo turcomano” y centrado en exaltar los valores de la neutralidad nacional.
De acuerdo con Amnistía Internacional, el país está “prácticamente cerrado a las ONG internacionales de derechos humanos, a los mecanismos especiales de las Naciones Unidas y a los medios de comunicación independientes”.
La información proveniente de Turkmenistán suele ser fragmentaria, sometida a un estricto control estatal y orientada fundamentalmente a “elogiar al régimen”, según denuncia Reporteros sin Fronteras.
Turkmenistán, país vecino de Irán, Afganistán y el mar Caspio, tuvo solo tres presidentes desde que se independizó tras la disolución de la Unión Soviética en 1991. El primero en gobernar fue Saparmurat Niyazov, quien se autodenominó “presidente vitalicio” y “padre de los turcomanos” (Turkmenbashi), liderando el país durante 15 años.
En 2006, el poder pasó a manos de la familia Berdymukhamedov: Gurbanguly asumió la presidencia y luego cedió formalmente el cargo a su hijo Serdar en 2022. Sin embargo, ambos continúan ejerciendo el gobierno en conjunto. Gurbanguly mantiene una autoridad considerable y es objeto de un notorio culto a la personalidad.
Reconocido oficialmente como “líder de la nación turcomana” y Arkadag, término que significa “héroe protector”, Gurbanguly Berdymukhamedov impulsó la construcción de una nueva ciudad que lleva su nombre, Arkadag, que supuso una inversión de al menos 5.000 millones de dólares. En el país pueden verse grandes estatuas doradas erigidas en su honor, mientras que su hijo Serdar es frecuentemente elogiado por los medios estatales.
Aunque se calcula que Turkmenistán posee la cuarta mayor reserva de gas natural a nivel mundial, enfrenta un serio problema de escasez de agua, una situación que los científicos prevén que empeorará aún más por el impacto del cambio climático.
Aproximadamente el 75% del territorio nacional está cubierto por el extenso desierto de Karakum, lo que limita los recursos hídricos disponibles.
El algodón representa otra de las industrias clave de la economía turcomana, pero su cultivo intensivo y demandante de agua ha contribuido al agravamiento de la escasez hídrica en toda la región.
(Con información de AFP)




