El hecho se produjo aproximadamente a las 14.10, cuando recién había llegado al lugar el empleado Gabriel Munteverría, de 29 años, a quien los asaltantes redujeron y bajo amenazas obligaron a entregar el dinero que se encontraba en una pequeña caja fuerte.Es de suponer que los maleantes conocían los movimientos y horarios del lugar de apuestas, ya que, aparentemente, esperaban el momento en que llegara alguien a abrir el local, habida cuenta de que las actividades para los apostadores de inician a las 14.30. Con movimientos precisos y posiblemente secundados por un tercer sujeto que pudo haber oficiado de campana, los ladrones se alzaron rápidamente con una suma aproximada a los 5.700 pesos y un teléfono celular, propiedad de Munteverría.Antes de iniciar la retirada, los malvivientes maniataron a la víctima, atándole las manos con el cable de un teléfono que también desconectaron y los pies con un alambre.Pocos minutos después, el joven empleado pudo ser ayudado por sus otros compañeros, los que arribaron a trabajar apenas emprendieron la fuga los dos ladrones.No dejó de llamar la atención que los asaltantes actuaran a cara descubierta, e incluso, el que apuntaba en todo momento a la víctima, no intentó disimular ni cubrir su rostro mientras realizaba la delictual faena.Por su parte, los detectives de la comisaría jurisdiccional y de la División Investigaciones, desplegaron ayer una intensa recorrida por distintos lugares dentro y fuera del predio del Hipódromo de Paraná, tratando de ubicar a quienes pudieron haber sido vistos como sospechosos en las últimas horas e intentando hallar la punta del ovillo que les permita seguir una pista que lleve hacia los autores del hecho. (El Diario)




