Ya en la comisaría 8ª, mientras realizaba la denuncia correspondiente, la víctima mencionó que entre los objetos robados había un teléfono celular y decidieron llamar, para ver si podían tomar contacto con los delincuentes y al primer llamado lo lograron.
Mediante un ardid, se tramó un encuentro en una esquina cercana al barrio para “negociar” la devolución de los objetos personales de la cartera. Finalmente, el encuentro se concretó y el interlocutor fue un chico de no más de 13 años quien solicitaba 150 pesos para devolver las cosas, aunque no las llevaba encima, sino que aducía que su tío las tenía en la casa.
Al no cerrar el trato, personal policial de civil que había seguido a Luero, retuvo al menor y lo trasladó a la comisaría.Como si se tratara de un reguero de polvora encendida, lo ocurrido llegó de inmediato a oídos de los parientes del detenido, quienes llegaron sin pérdida de tiempo a la dependencia policial a manifestarse violentamente, exigiendo la liberación del pequeño delincuente.
Por cuestiones de seguridad, la denunciante debió ser sacada de la comisaría, mientras los irascibles seguían manifestándose anoche con insultos y amenazas frente a la dependencia de calle Laurencena. (Fuente: El Diario)




