
En un hecho sin precedentes, empresas chinas han reservado el primer cargamento de harina de soja originaria de Argentina, según informó Reuters. La NACION pudo confirmar que el negocio, que abarca unas 30.000 toneladas, fue llevado a cabo por Bunge. En el mercado, esta operación fue interpretada como “un gesto de China que podría señalar un futuro para el producto en Argentina”, aunque otras fuentes se mostraron más escépticas: “no hay un cambio de tendencia, es algo puntual”.
En 2024, de acuerdo con datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Argentina exportó a China 4,09 millones de toneladas de grano de soja por un valor de 1.762,1 millones de dólares. Además, se enviaron 490.000 toneladas de aceite de soja que representaron US$439,2 millones.
La operación mencionada por Reuters acontece en un momento en que la industria china de alimentos para animales busca diversificar sus opciones de suministro para mitigar posibles interrupciones ocasionadas por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Cabe recordar que fue en 2019 cuando Pekín autorizó estas importaciones argentinas, tras años de resistencia, motivada por el deseo de proteger su industria local de trituración. Sin embargo, hasta la fecha no se habían registrado compras de cargamentos a granel de harina de soja argentina. Durante el año 2024, China importó alrededor de 30.000 toneladas de harina de soja, principalmente desde Dinamarca, según datos de las aduanas chinas.
De acuerdo con fuentes comerciales, varios fabricantes chinos de alimentos para animales firmaron un acuerdo conjunto para adquirir 30.000 toneladas métricas de harina de soja argentina, cuyo envío está previsto para julio.
“Este es solo un caso de prueba. Si pasa la inspección y la cuarentena de China, esperamos más acuerdos”, afirmó un comerciante de una empresa internacional que exporta soja a China, con sede en Singapur.
En este contexto, se anticipa que el cargamento, adquirido a US$360 por tonelada bajo la modalidad de costo y flete (CNF), llegará a la provincia de Guangdong en septiembre próximo, según informaron las fuentes.
China es el mayor consumidor global de esta materia prima rica en proteínas para animales, pero su producción depende en gran medida de la trituración de soja importada, principalmente de Brasil y Estados Unidos. Asimismo, Argentina se posiciona como el principal exportador mundial de aceite y harina de soja.
“Los compradores chinos han estado adquiriendo soja brasileña y evitando las exportaciones norteamericanas debido a los altos aranceles impuestos durante la actual guerra comercial entre Pekín y Washington”, señalaron.
El comerciante con sede en Singapur comunicó a Reuters que la compra de harina argentina por parte de los fabricantes chinos forma parte de un esfuerzo por resguardar los suministros en caso de que la guerra comercial afecte de manera permanente las importaciones de soja de Estados Unidos.
Los precios más bajos de la harina argentina en comparación con el producto de producción local también impulsaron esta decisión, según las fuentes citadas por la agencia de noticias.
Por otro lado, los participantes del mercado indicaron en ese momento que la decisión fue influenciada por la guerra comercial entre Estados Unidos y China durante el primer mandato del presidente norteamericano Donald Trump.