La entidad que reúne a los bancos más grandes del mundo publicó ayer un informe que indica que Argentina conservará un alto nivel de recuperación económica en 2026, aunque a un ritmo más moderado que en este año.
De acuerdo con el Institute for International Finance (IIF), la economía argentina registrará un crecimiento del 5,4% en 2023, mientras que el año siguiente la expansión será del 3,9%. Esta cifra es la más alta de la región, dado que Brasil también enfrentará una desaceleración, disminuyendo su crecimiento del 2,5% este año al 2,1%. Colombia y Perú experimentarán un crecimiento cercano al 2,7% en el año venidero. El único país que se proyecta en recesión es Venezuela, con una caída del 2,8%.
Latinoamérica será una de las regiones menos dinámicas en el mundo, con una expansión prevista de solo 2,2% este año y 1,9% el siguiente. El crecimiento global alcanzará un 2,6% en ambas anualidades, mientras que los mercados emergentes lo harán con un 3,7% este año y un 3,8% el próximo.
A pesar del pronóstico optimista, el 3,9% está por debajo del 5,5% estimado por el FMI para 2026.
“El repunte de la actividad en Argentina será impulsado por el consumo privado, apoyado por un aumento en el poder adquisitivo de los hogares, resultado de una rápida desinflación, y una reactivación de la inversión tras la eliminación de los controles cambiarios”, señala el informe del IIF.
El reciente informe del INDEC sobre la evolución del PBI en el primer trimestre de 2025 mostró un incremento del 5,8% en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, también se observó un fuerte impulso en el consumo, a pesar de que hay sectores rezagados, como las compras en supermercados. Aun así, los datos indican un aumento en la demanda de productos importados.
“Pronosticamos -continúan en el IIF- un crecimiento para Latinoamérica del 2,2% interanual en 2025, alineado con las expectativas de 2024, determinado por una desaceleración cíclica en Brasil y México, junto con una recuperación en Argentina, en concordancia con el consenso y las proyecciones del FMI.”
“Las economías más dependientes del mercado interno, como Brasil y Argentina, son menos vulnerables a una desaceleración de la demanda global y podrían beneficiarse de un redireccionamiento del comercio”, añadieron. El informe advierte que este año la economía argentina entrará en déficit de cuenta corriente debido al aumento de la actividad y la apreciación del tipo de cambio real.
En cuanto a los flujos de capital a la región, el informe destaca que dependen de la capacidad de capitalizar las tendencias en el comercio mundial. En Brasil, las entradas de no residentes —en particular, la inversión extranjera directa (IED), los bonos y los préstamos— se mantienen sólidas, junto a una moderada acumulación de activos extranjeros residentes. Aunque se espera una ligera disminución de las entradas, la baja exposición de Brasil al comercio estadounidense y su diversificada base exportadora de materias primas favorecen el redireccionamiento del comercio y la inversión, especialmente en minería y agricultura.
“En Argentina, es probable que las oportunidades en agricultura, energía y minería atraigan capital extranjero en 2025-2026 después de años de subinversión. La posición externa -agregan- se sostiene en el financiamiento multilateral, la repatriación de activos en el exterior y el aumento de la confianza de los inversores, vinculado a la consolidación fiscal. Sin embargo, la reconstrucción de las reservas internacionales sigue siendo una prioridad”, concluyó el IIF.
