
Apple, el gigante tecnológico de Cupertino, atraviesa un momento de tensión en su ambiciosa carrera por la inteligencia artificial (IA). A pocas horas de dar inicio a su evento insignia, el Worldwide Developers Conference (WWDC), analistas del mercado ya han corroborado sus presunciones sobre las novedades de bajo impacto que la empresa tenía para presentar en materia de IA, especialmente en lo que respecta a Siri, su icónico asistente de voz.
La frustración en Wall Street es evidente. Las acciones de Apple disminuyeron cerca del 18% en lo que va de 2025 y sufrieron una nueva caída del 2% tras el comienzo de la WWDC, posicionándose como la peor dentro del grupo de las Magnificent 7, mientras que el índice Nasdaq se mantiene prácticamente estable.
De acuerdo a ex empleados consultados por el Financial Times, Apple enfrenta serias dificultades técnicas para actualizar Siri con grandes modelos de lenguaje (LLM), algo que sus principales competidores han logrado. El problema radica en que, a diferencia de empresas como OpenAI o Google, que desarrollaron sus asistentes de IA generativa desde cero, Apple ha intentado mejorar Siri basándose en su antigua arquitectura, lo que ha llevado a múltiples fallos.
“Era evidente que no se podía renovar Siri con lo que los ejecutivos llamaban ‘escalar la colina’, es decir, desarrollando incrementalmente el producto en lugar de reconstruirlo desde cero”, explicó un ex ejecutivo de la compañía. “Está claro que tropezaron”, añadió.
Un talón de Aquiles tecnológico
El rediseño de Siri constituye la piedra angular de Apple Intelligence, el conjunto de nuevas funciones de IA que la empresa presentó en su WWDC de 2024. Se esperaba que estas capacidades impulsaran las ventas de hardware en un contexto de crecimiento más moderado para el iPhone y la línea Mac.
No obstante, la realidad ha resultado más compleja. Además de los problemas técnicos, la compañía enfrenta obstáculos regulatorios. En China, por ejemplo, su plan de lanzar funciones de IA basadas en modelos de Alibaba ha quedado en suspenso debido a nuevas restricciones impuestas por Beijing en medio de las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Samik Chatterjee, analista de JPMorgan, resumió el sentir del mercado: “Estamos en un punto en el que los inversores ya conocen las posibles buenas noticias, y se trata de: primero, cumplan lo que prometieron el año pasado”.
El propio CEO de Apple, Tim Cook, reconoció recientemente que el desarrollo de Siri mejorado aún no alcanza el “alto estándar de calidad” requerido por la empresa, y que el proceso “está tomando un poco más de tiempo de lo que pensábamos”.
Este retraso incluso obligó a la retirada de campañas publicitarias, como un spot televisivo protagonizado por la actriz Bella Ramsey, lo que ha llevado a varias demandas por publicidad engañosa.
Competencia feroz y cambios internos
Mientras Apple se esfuerza por presentar un Siri renovado, competidores como OpenAI, Google y Perplexity ya han lanzado asistentes de voz que la industria considera superiores en cuanto a capacidades y fluidez conversacional.
Para los analistas, Apple corre el riesgo de quedar al menos tres años rezagado respecto a sus competidores en la oferta de un asistente de IA realmente moderno, según advirtió un reciente informe de Bank of America.
Siri no responde como esperan en Apple ni en el mercado.
La situación ha llevado a reestructuraciones internas. El líder de IA de la compañía, John Giannandrea, perdió recientemente el control directo sobre Siri, el cual fue transferido a Mike Rockwell, responsable del dispositivo de realidad mixta Vision Pro. Ex empleados señalaron que la falta de un liderazgo unificado y el escaso presupuesto inicial fueron errores estratégicos que hoy le cuestan caro a Apple.
Otro factor que complica aún más la situación es el enfoque de la empresa en la privacidad. Apple prioriza la ejecución de sus modelos de IA directamente en los dispositivos del usuario, en lugar de depender de servidores en la nube, como lo hacen otras compañías. Esta elección, valiosa para la confianza del consumidor, sin embargo, dificulta la integración de modelos de lenguaje de gran escala.
En este contexto, Apple ha optado por integrar ChatGPT en Siri como solución temporal. Sin embargo, esta dependencia conlleva riesgos: OpenAI acaba de anunciar un acuerdo de U$S 6.500 millones para adquirir IO, la firma fundada por el ex diseñador estrella de Apple, Jony Ive, que ahora desarrollará hardware para un potencial competidor. Tal noticia provocó una nueva caída del 2% en las acciones de Apple.
Presión sobre Cupertino
Los desafíos que enfrenta Apple en el ámbito de la inteligencia artificial reflejan un dilema más amplio para la empresa. Mientras otras grandes tecnológicas avanzan a toda velocidad en este terreno, Apple busca equilibrar innovación, privacidad y control total de su ecosistema, un modelo que en el pasado le ha conferido enormes beneficios, pero que hoy podría resultarle adverso.
El WWDC de la próxima semana será crucial: los inversores esperan ver señales claras de que la empresa puede recuperar el ritmo en la carrera por la inteligencia artificial. Si no lo logra, las dudas sobre su capacidad de liderazgo en esta nueva era tecnológica continuarán en aumento.