
Nuestro partido, el socialista, es un partido de consensos y, a riesgo de perder poder y territorialidad, siempre priorizó esta forma de hacer política. Incluso cuando algunos de sus encumbrados dirigentes se mostraron renuentes a compartir el poder en un ciclo de periodicidad con el principal partido socio de una coalición y que derivó en perder las elecciones ante el real oponente tal como sucedió en la provincia de Santa Fe, donde llamativamente en aquellas intendencias donde se produce la armoniosa alternancia hoy sigue gobernando el Frente Progresista Cívico y Social.
Ahora, con la premura de los tiempos este Frente mutó al flamante “Frente de Frentes”, integrando a todos los demás partidos que estaban por fuera de aquella coalición. Entendieron tarde los socialistas de Santa Fe que la unidad, en los valores republicanos, va mucho más allá que las diatribas de los que hablan en términos de la derecha y la izquierda, y se negaba sistemáticamente la incorporación de un partido de “derecha” (según esgrimían).
“El límite es Macri” se escuchaba repetir una y otra vez, como si el ex presidente Mauricio Macri, además de fundador del PRO fuera la voz indiscutida y magnánima de todos los ciudadanos que se identifican con su partido. El tiempo demostró que, como en todo partido político, hay gente con pensamientos que van ‘de un arco al otro’ de lo que la teoría política define como derecha o izquierda pero que, en verdad, son acepciones que no significan nada para el ciudadano de a pie. Ese ciudadano que solo ve su porvenir desdibujado y difuso ante un Estado que, aunque permanece presente, no puede controlar las variables que deben hacer de él mismo un próspero habitante del territorio argentino.
Hoy, más tarde que temprano, todos vamos concluyendo que los valores del republicanismo y la democracia deben ser superadores a cualquier discurso efervescente con los cuales se incita la división.
Tendencias extremas
El domingo 29 de mayo dos medios nacionales publicaron los resultados de la encuesta de Synopsis (consultora catalogada por los medios como de las más precisas) donde determinaba la preferencia por los candidatos “más extremos en la percepción de la gente”. Así, Javier Milei con 24%, Cristina Fernández – a quien insisten en medir a pesar que ya dijo tres veces que no será candidata- con el 18% y Patricia Bullrich con 10% (Nota: en ese “segmento” coloca la encuestadora a la presidenta del PRO en uso de licencia), dejando relegados a los “moderados de centro”: Horacio Rodríguez Larreta con 11% y Sergio Massa 7%.
Al mismo tiempo, basado en la información del INDEC, el escritor especialista en Economía Guillermo Oliveto advertía “que no hay proyecto social futuro con una Argentina que tiene al 80% de la población padeciendo una situación económica desesperanzadora sin perspectivas de futuro; que además tiene por opciones a estos extremos de la política que, en algún caso, constituyen delirios autocráticos que sólo generarán más desilusiones”.
Aquí en nuestra provincia el Gobernador Gustavo Bordet -quien goza de cierta aceptación ciudadana por tener una impronta de gestión relativamente exitosa- está en ese extremo del pensamiento político: Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
El 8 de junio de 2022 la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción a la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP) para la emisión del sufragio nacional. Bordet encomendó a sus diputados “votar en contra” para respetar el mandato del bloque de su partido. No obstante, el 2 de noviembre -sólo 6 meses después- declaró con el diario del lunes por las elecciones de Brasil, donde se demostró que la BUP y el voto electrónico son el mejor sistema de sufragio y lo daba ganador a Lula da Silva. Entonces, Bordet declaró a los medios: “Tenemos nuestras opiniones. Yo tengo las mías. Las he planteado muchas veces. Es más, presenté en 2018 un proyecto de ley de reforma electoral y propuse la boleta única de papel y sigo pensando que ese es el mejor método para poder votar”, recordó, y agregó: “Sigo pensando, como siempre lo dije, que el voto electrónico es el mejor método para votar”.
Sin embargo, el pusilánime mandatario entrerriano esperó hasta la fecha límite -27 de abril- para anunciar escuetamente, vía twitter, la unificación de las elecciones provinciales con las nacionales bajo la vetusta Ley Castrillón, sin haber tratado “sus ideas de reforma política” y sin importarle el pandemónium de boletas que resultará en el cuarto oscuro el próximo domingo 13 de agosto.
El Justicialismo entrerriano, una vez más, le escapa a la integración de las minorías tras las elecciones dentro de su partido. De este modo, obtura el surgimiento de jóvenes nuevos dirigentes, verticaliza todas las decisiones en el ejecutivo de mayor rango y presiona a una unidad forzosa con lógica de “matar o morir”. Si todas esas prácticas poco democráticas hacen al interior de su movimiento con toda lógica a la sociedad entrerriana, mientras sigan siendo gobierno, jamás le darán la Boleta Única.
Cambios en acción
El Socialismo en la coalición de Gobierno siempre irá a la vanguardia de los derechos ciudadanos de igualdad y prosperidad, donde la educación, el trabajo y los valores republicanos sean el anclaje de esa bonanza.
La nueva política social es un trabajo de red, una concatenación de buenas voluntades que involucran al ciudadano identificado como vecino, a las instituciones intermedias tales como clubes, escuelas, centros de jubilados y vecinales, a los privados comerciantes y empresarios y también al Estado. Este trabajo es el que hacemos en “Amor por Paraná” junto a nuestro precandidato a intendente Emanuel Gainza, donde integro los equipos técnicos de gestión que de a poco se está replicando en otros lugares de la provincia y es lo que se va a impulsar desde la gobernación si el peronismo culmina su mandato.
Se trata del Estado en un rol social transformador, dejando de ser el papá y la mamá, para pasar a dar las ayudas necesarias y las asistencias que logren que ese ciudadano se emancipe y se convierta en un sujeto que goce de independencia económica con todas sus necesidades satisfechas.
Las próximas elecciones garantizarán la continuidad de todo lo bueno realizado, pero no es lo mismo quiénes serán los continuadores: si aquellos que promueven la desigualdad con el asistencialismo verticalista, como hasta hoy, o aquellos que venimos a trabajar en un nuevo rol del Estado. No será lo mismo.
(*) Dirigente de la Agrupación Socialismo Popular. Ex candidato a diputado nacional y a concejal por el Partido Socialista. Actual Secretario adjunto del gremio UPTH e integrante de “Amor por Paraná”.




