Jueves, 18 de diciembre de 2025   |   Nacionales

APDH, 50 años de lucha y memoria que marcaron la defensa de los derechos humanos en Argentina

La conmemoración llega en un contexto de polarización, donde los derechos humanos son cuestionados. Aun así, con sedes en todo el país, la Asamblea sigue siendo el ‘paraguas’ protector que decidió que el silencio no era una opción frente a la barbarie.
APDH, 50 años de lucha y memoria que marcaron la defensa de los derechos humanos en Argentina

El 18 de diciembre de 1975, en medio de una creciente violencia política y a pocos meses del golpe de Estado que daría inicio a la etapa más oscura de la historia argentina, nació la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH). Lo que surgió como una respuesta urgente de sectores políticos, religiosos y sociales para proteger la vida se convirtió, cinco décadas después, en una institución admirable, activa, autónoma, articulada y asociada.

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
Con sede en Buenos Aires y filiales en el interior, la APDH publica informes políticos y diagnósticos

Un origen transversal frente al terror

La APDH no nació en calma, sino en el convulso epicentro de una crisis social y política. Su creación constituyó un acto de audacia civil sin precedentes. Figuras de distintos espectros —desde el obispo Jaime de Nevares y el rabino Marshall Meyer hasta políticos como Raúl Alfonsín y activistas como Alicia Moreau de Justo— entendieron que la defensa de la dignidad humana debía primar por encima de cualquier bandera partidaria.

Ese 1975, mientras la Triple A operaba en las sombras y el Estado de sitio se volvía norma, la Asamblea empezó a sistematizar lo que muchos intentaban ocultar: la persecución, los secuestros y la desaparición de personas.

Los archivos que vencieron al olvido

Uno de los aportes más significativos de la APDH fue la construcción de su archivo de denuncias. En los años de plomo, cuando los canales oficiales se cerraban y la justicia hacía la vista gorda, la Asamblea recibió a familiares de desaparecidos en oficinas precarias pero seguras, que funcionaron como refugios de escucha y denuncia.

“El valor de la APDH fue convertir el dolor individual en una prueba colectiva. Sus legajos fueron el cimiento sobre el cual se construyó gran parte del Nunca Más”, señalan referentes históricos del organismo.

Esos testimonios, recolectados bajo un riesgo real y permanente para la vida, fueron cruciales para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pudiera constatar las atrocidades en su histórica visita de 1979 y, posteriormente, sirvieron como evidencia irrefutable y decisiva en el Juicio a las Juntas de 1985.

Desafíos actuales: más allá de la memoria

Al cumplir 50 años, la APDH no se limita a mirar hacia atrás. Si bien el eje de Memoria, Verdad y Justicia sigue siendo su columna vertebral, la organización ha sabido evolucionar para abordar las problemáticas del siglo XXI:

Derechos Sociales y Económicos: la defensa contra la pobreza y la exclusión social.

Medio Ambiente: la lucha contra el extractivismo y la protección de los recursos naturales.

Violencia Institucional: el monitoreo constante del accionar de las fuerzas de seguridad en democracia.

Géneros y Diversidad: la incorporación de la perspectiva feminista en la agenda de derechos humanos.

Déjanos tu comentario: