Lunes, 4 de agosto de 2025   |   Economía

Alimenticias definen aumentos de precios para agosto tras la suba del dólar y la baja del consumo en el país

Algunas empresas, como las aceiteras, ya enviaron sus listados a todos los canales. También impacta fuerte en los farináceos. Otras evaluarán la evolución del tipo de cambio en los próximos días. Preocupa la baja del consumo
Alimenticias definen aumentos de precios para agosto tras la suba del dólar y la baja del consumo en el país

Tras la notable alza del dólar observada la semana pasada, la atención del sector alimentario y otras industrias de consumo masivo se enfocó en el impacto inmediato sobre la formación de precios. El incremento en la cotización, que fue de $1.290 a $1.375 según diversas fuentes consultadas, reactivó consultas y advertencias sobre posibles remarcaciones, especialmente entre los proveedores que dependen de insumos vinculados al tipo de cambio.

Las empresas del rubro alimenticio reconocieron que hay aumentos en discusión, aunque este proceso no resulta homogéneo para toda la industria. Algunas firmas han anticipado listas de precios, mientras que otras optaron por esperar la evolución del tipo de cambio antes de tomar decisiones. En los primeros días después del aumento del dólar, el movimiento en los grandes supermercados se limitó a advertencias de proveedores, sin que la mayoría de estos presentara nuevas listas de precios. Algunas cadenas señalaron que hasta el último viernes no habían recibido comunicaciones formales sobre aumentos. Sin embargo, las empresas aceiteras afirmaron haber enviado nuevos valores, con una actualización del 5% al 7% que repercute en todos los canales de comercialización, confirmaron fuentes del sector a Infobae.

En ciertos casos, las empresas aceiteras también producen farináceos, y el precio del trigo, principal insumo de la harina, se incrementó un 17% durante julio. En diálogo con este medio, el presidente de la Federación de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, describió el efecto específico sobre los productos derivados del trigo: “No hay forma, por más que se intente postergar, de evitar trasladar a precio un ajuste del 17% en la cotización de la materia prima básica de la harina, donde el trigo representa el 80% del costo y es un commodity que cotiza en dólares. Luego, el mercado decidirá si absorbe esta subida o si las empresas posponen el ajuste porque consideran que el cambio es temporal”. “No obstante”, aclaró el directivo, “la harina fue el commodity que menos ajustó de forma interanual, gracias a la estabilidad del tipo de cambio a lo largo del año. La variación interanual fue de menos del 10%”.

Por su parte, desde la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) informaron: “No estamos visualizando un aumento generalizado de precios. Cada compañía, en lo particular, analiza su estructura de costos y define ajustes según su realidad productiva y comercial, considerando su portafolio de productos. Los movimientos en el tipo de cambio requieren monitoreo y evaluación de escenarios de impacto y posibilidades. La transmisión a precios no es automática, ni proporcional ni lineal”.

La entidad agregó que “este año, la inflación del rubro ‘Alimentos y Bebidas’ se ha mantenido por debajo del nivel general. Inclusive, los precios de salida de fábrica de la industria alimentaria han estado por debajo de los precios al consumidor, en lo que respecta al acumulado de 2025”. “COPAL no divulga listas de precios, no forma parte de su alcance. Cada empresa, de manera individual, lleva adelante sus relaciones comerciales”, precisaron.

Subas moderadas por bajo consumo

El panorama en mayoristas y autoservicios muestra una dinámica particular. Armando Farina, vicepresidente de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM), relató: “Ahora comienzan las etapas de negociación y será clave lo que suceda esta semana con el tipo de cambio y los servicios para determinar si esos precios se trasladan o no a los canales. En el caso de las empresas de cosmética, limpieza y perfumería, todas han enviado listas con aumentos. En productos como galletitas, fideos y harinas, el traslado de precios es bajo, entre el 2% y el 4%. Veremos qué ocurre esta semana”. En una importante empresa de productos de limpieza y perfumería, señalaron que realizan ajustes trimestrales y que el ajuste previsto para los próximos tres meses es del 7%. Sin embargo, precisaron que si hay más subas dependerá de lo que ocurra con el dólar en adelante.

Respecto al comportamiento del mercado, Farina argumentó: “El traslado de aumentos es muy bajo porque existe una fuerte competencia en el consumo, no solo entre primeras y segundas marcas, sino también entre categorías. La diversidad de productos genera una competencia para atraer al consumidor, lo que ha contenido los aumentos a pesar de la devaluación. Según datos oficiales, el traslado a precios no superó el 2% en ese período”. Además, el empresario sostuvo que las importaciones en el sector son mínimas y que la mayor variedad en las góndolas responde a cambios en la producción local, más que a productos de origen externo.

En cuanto a las expectativas, el representante de CADAM subrayó: “Será fundamental lo que ocurra con el dólar y los combustibles. Si el tipo de cambio disminuye y los combustibles no suben, es posible que se acuerden listas intermedias. Pero si los precios aumentan, en aquellos productos con fuerte incidencia de costos logísticos, como lácteos, papel higiénico y rollos de cocina, habrá ajustes”. “Lo máximo que aumentaron es un 8%, aunque no necesariamente se concreta de inmediato; dependerá de la evolución del tipo de cambio y de los servicios”, remarcó.

Desde las grandes cadenas del interior, la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) reportó pocos casos de listas modificadas: “Por ahora, han llegado pocas listas con aumento. Se está creando una sensación de alarma que todavía no existe. Podría suceder si el dólar sigue subiendo, pero por ahora el mercado está tranquilo”.

Contratos con cláusulas por devaluación

El análisis detallado de una empresa del sector lácteo reveló la complejidad de la situación contractual con proveedores: “Hay varios contratos que incluyen cláusulas de devaluación. En nuestras compras tratamos de resistir los aumentos. Los contratos con proveedores de insumos importados o insumos locales exportables contienen estas cláusulas. El precio de la leche también está dolarizado, ya que compite con el precio de exportación. Existe una presión constante, pero por ahora seguimos la línea del Ministerio de Economía, que sostiene que el que aumenta, pierde. El ingreso de los consumidores está muy golpeado y si se comete un error con el precio, las ventas caen. En esta situación, es necesario ser más cauteloso que en devaluaciones anteriores”.

Al referirse al comportamiento del primer semestre, la misma fuente reveló que aunque durante ese período las ventas crecieron un 3%, en julio el escenario comenzó a complicarse nuevamente. “Julio fue difícil y generó incertidumbre para planificar lo que resta del año, especialmente tras el salto del dólar de $1.290 a $1.390 en una semana. Los contratos son mensuales y en insumos como colorantes y plásticos existen cláusulas que se pueden activar ante devaluaciones. Algunos proveedores ya han avisado que desean enviar nuevas listas de precios”, afirmaron en la compañía.

Prima la cautela

A diferencia de años anteriores, los proveedores prefieren advertir sobre la necesidad de aumentar precios antes de enviar formalmente las listas, una práctica que responde tanto a la incertidumbre respecto del dólar como al temor de perder ventas ante un consumidor que ajusta sus decisiones.

Así, el mercado permanece atento a las definiciones de la semana. La reacción de precios dependerá de la evolución del dólar y de los costos asociados a combustibles y servicios. Hasta el momento, la dinámica de los aumentos sigue condicionada por la competencia entre empresas y el bajo margen para trasladar subas, en un contexto donde el poder adquisitivo se encuentra limitado y el riesgo de afectar la demanda concentra las decisiones.

Además, en las grandes compañías buscan evitar quedar expuestas ante aumentos significativos, como sucedió en abril pasado, cuando tras la suba del dólar posterior a la liberación del cepo, varias empresas enviaron listas con incrementos que oscilaron entre el 7% y el 12%, y luego fueron señaladas en las redes sociales por el ministro de Economía, Luis Caputo. Fue el caso de Molinos Río de la Plata y Unilever. Horas después, un posteo del funcionario celebraba que la firma del grupo Pérez Companc había desistido de aplicar los aumentos. Tras esta experiencia, las subas en esta ocasión no superaron el 5%, y se optó por observar la evolución cambiaria en las próximas semanas.

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