Este refuerzo militar se explica por la previsión de que desde la orilla del vecino país "haya invasión de ambientalistas" que puedan afectar las instalaciones de las papeleras Botnia, finlandesa, y Ence, española, según dijeron las mismas fuentes.
También se ha hecho en previsión de que "tal vez" se produzcan cortes de carretera del lado uruguayo, algo que por ahora el Gobierno estima poco probable, dado que sólo dos personas han amenazado con hacerlo y no se conoce organización que los respalde.
No obstante, en reiteradas ocasiones, el viceministro de Interior, Juan Faroppa, ha dicho que los cortes "no se permitirán".
Ambas construcciones son fuertemente discutidas por el gobierno argentino, especialmente por los habitantes y el gobernador de la provincia de Entre Ríos, Jorge Busti, que consideran que serán contaminantes y dañarán el medio ambiente y la economía.
En tanto, del lado argentino la protesta y el bloque de accesos al país oriental sigue su sexto día consecutivo. Los activistas de Gualeguaychú resisten en el paso y rechazaron una invitación del Presidente para dialogar sobre el conflicto.
Por otro lado, los camiones varados en Gualeguaychú se encaminaron al puente internacional Colón Paysandú, donde el tránsito estaba congestionado, según informa el diario uruguayo El País.
Desde hace dos meses se producen piquetes y cortes de las rutas sobre el Río Uruguay, frontera natural entre ambos países, y miembros de la organización no gubernamental Greenpeace "invadieron" durante varias horas los muelles de la fábrica de Botnia.
Según explicaron las fuentes militares, en el Batallón número 9 de Fray Bentos normalmente hay 200 efectivos del Ejército, por lo que con el refuerzo el número ascenderá a 300.
Estos militares proceden de los cuarteles de los departamentos de Tacuarembó y Durazno, en el norte y centro del país.
El gobierno uruguayo defiende la instalación de la plantas de celulosa y cuenta con el apoyo de todo el arco político nacional.
Ambas empresas prevén hacer una inversión de 1.800 millones de dólares, la más alta de la historia del país.
Las dos compañías han solicitado un préstamo a la Corporación Financiera Internacional, dependiente del Banco Mundial, y ésta hará sendas visitas a Argentina y Uruguay la semana próxima para recabar datos sobre la eventual contaminación de las papeleras.
En el primer informe parcial del ente, los técnicos determinaron que no hay riesgo para el medio ambiente.