Lunes, 12 de mayo de 2025   |   Nacionales

Alberto Ruskolekier analiza el vínculo entre los hutíes e Irán y su aversión hacia Occidente

El lema oficial de los hutíes, recalcó Ruskolekier, refleja su hostilidad: “Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición a los judíos y victoria al Islam”.
Alberto Ruskolekier analiza el vínculo entre los hutíes e Irán y su aversión hacia Occidente

El especialista en política internacional Alberto Ruskolekier analizó en Canal E la compleja situación geopolítica que enfrenta Yemen, centrada en los hutíes y su alianza estratégica con Irán. Explicó que “este grupo insurgente chiita, con sede en Yemen, aparece en los titulares casi a diario debido a su accionar violento y sus ataques a intereses occidentales”.

Ruskolekier detalló que los hutíes—nombre que rinde homenaje a su fundador, Hussein Badreddin al-Houthi—“reciben apoyo logístico, financiero y militar de la República Islámica de Irán”, en un marco de enfrentamiento común tanto contra Israel como contra el mundo occidental.

Un grupo radicalizado con raíces religiosas

“El Yemen está dividido entre una mayoría sunita (aproximadamente 70%) y una minoría chiita, de la cual los hutíes pertenecen a una rama conocida como zaidíes”, explicó el analista. Según indicó, estos grupos han protagonizado una guerra civil prolongada desde 2014, con Saná, la capital, actualmente bajo control hutí, y un gobierno desplazado a Adén, en el sur del país.

El lema oficial de los hutíes, subrayó Ruskolekier, expresa su hostilidad: “Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición a los judíos y victoria al Islam”. Este eslogan, según el experto, “es compartido por Irán y se convierte en un punto de unión ideológica que trasciende las distancias geográficas”.

Yemen: pobreza estructural y relevancia geoestratégica

Con una superficie de 527.000 km² y una población de 35 millones de habitantes, Yemen figura entre los países más empobrecidos de Asia, con un PIB per cápita que ronda los 1.000 dólares anuales. Sin embargo, su ubicación estratégica en el Golfo de Adén lo transforma en una zona clave para el comercio global y los conflictos de poder.

“En su momento, los hutíes eran considerados una guerrilla marginal. Hoy cuentan con más de 100.000 simpatizantes y combatientes armados, muchos de los cuales reciben apoyo de Irán”, destacó. A pesar de los bombardeos por parte de Estados Unidos e Israel, el grupo sigue operativo.

Irán como actor central del conflicto

“Más allá de las diferencias internas entre sunitas y chiitas, Irán se erige como el hilo conductor de la desestabilización regional”, sostuvo Ruskolekier. El país persa “controla no solo a los hutíes, sino también a Hezbollah en Líbano y tiene una presencia considerable en Siria”.

En este sentido, apuntó que la coalición occidental—liderada por Estados Unidos, Arabia Saudita y otros países árabes—intenta contrarrestar la influencia iraní. “Irán comparte con los hutíes el mismo lema y objetivo: debilitar a Israel y resistir lo que consideran la hegemonía occidental”, agregó.

Donald Trump y el factor económico

Ruskolekier también mencionó la gira del expresidente Donald Trump por Medio Oriente y los acuerdos multimillonarios con países del Golfo. “Arabia Saudita comprometió un trillón de dólares en inversiones en EE.UU., los Emiratos Árabes 1,4 billones en una década, y Qatar—que financió a Hamas—también alberga la principal base militar estadounidense de la región”, indicó.

Para concluir, el experto advirtió que “el conflicto en Medio Oriente no puede entenderse sin considerar la dimensión religiosa, cultural e histórica. La paz no depende solo de frenar a Hamas o Hezbollah; también es fundamental comprender que Irán actúa como un articulador de muchos de estos conflictos”.

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