
“Es cierto que hoy hay menos pobreza”, afirmó Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), al analizar los más recientes indicadores sociales oficiales. Esta declaración se realizó en una entrevista con el equipo periodístico de “QR”, por Bravo TV, donde explicó que, tras meses de inflación descontrolada y ajustes fiscales al inicio de la presidencia de Javier Milei, comenzó un proceso de recuperación del poder adquisitivo. “La capacidad de consumo se ha recuperado en comparación con otros períodos, incluso en relación con el tercer trimestre de 2023. Esto es resultado de la desaceleración inflacionaria y de cierta estabilización macroeconómica que ha permitido mejorar los ingresos”, analizó.
Salvia aclaró que el fenómeno debe interpretarse desde dos perspectivas: la economía real y concreta del día a día y la medición estadística. Aunque las cifras actuales de pobreza no invitan a la celebración, sí permiten apreciar una mejora en términos relativos, consideró. “Estamos en niveles por encima del 30% de pobreza y alrededor del 7% de indigencia. Aún queda mucho por hacer, pero la disminución es real. Venimos de una situación muy crítica. Hay una recuperación parcial de salarios y del consumo, especialmente en ciertos sectores de la canasta básica”, puntualizó.
Desde el Observatorio de la UCA, destacaron que la mejora está directamente relacionada con el retroceso de la inflación, que, en los primeros meses de la administración Milei, alcanzó niveles elevados, pero que comenzó a desacelerarse a partir del segundo trimestre de 2024. “Después del impacto inicial del ajuste fiscal y la devaluación, se inició un proceso de estabilización. Esto permitió que los ingresos de los hogares comenzaran a recuperarse, mejorando así la capacidad de consumo”, observó el sociólogo.
El cambio en el sistema de precios relativos es otro factor señalado como responsable de la disminución en la cantidad de pobres, según analizó. Salvia explicó que los precios de la canasta básica se miden con parámetros que no siempre reflejan con precisión el costo actual de ciertos sectores, como el de los servicios públicos. Sin embargo, la comparación permite observar mejoras en la situación reciente.
Además, la mejora en la medición de ingresos fue otro aspecto destacado. En la actualidad, el INDEC capta de manera más precisa los ingresos no laborales (como la Asignación Universal por Hijo, la Tarjeta Alimentar o el plan Progresar), así como el trabajo informal, en comparación con años anteriores, cuando esas erogaciones eran difíciles de medir. Esto proporciona una visión más completa de los recursos reales de los hogares, según evaluó. “Hoy en día, se mide mejor cuánto gana una persona, incluso en el trabajo informal. El instrumento del INDEC está más ajustado, lo que también permite detectar mejoras que antes quizás no eran evidentes”, comparó.
Si bien reconoció una mejora tanto estadística como real, Salvia subrayó que el país aún enfrenta un escenario de alta vulnerabilidad social. “Estamos lejos de poder celebrar algo. Incluso con estos datos, seguimos tan mal como cuando estábamos mal. La pobreza ha disminuido, pero sigue siendo estructural y muy alta”, concluyó.
BR / FPT