Miércoles, 28 de abril de 2004   |   Política

Advierten sobre los peligros del exceso de termalismo

Actualmente en Entre Ríos hay seis complejos termales en funcionamiento y 13 expedientes en trámite de aprobación. Si bien el número puede significar una fuerte inversión en materia turística para la provincia, también traería aparejado un fuerte …
Alfredo Serra, del Foro Ecologista de Paraná, aseguró que las termas de agua dulce son aptas, pero el problema se genera en las que provienen de napas salobres, que son difíciles de neutralizar.

Según informó Adrián Stur, subsecretario de Turismo de Entre Ríos, en la Comisión de Uso y Preservación de los Recursos hay 19 pedidos para explotaciones termales, de los cuales siete (incluyendo María Grande) son un hecho concreto. El resto de los expedientes tramitados son evaluados por la Comisión.

“En la medida que cumplan con los estudios y análisis necesarios se irán dando las prefactibilidades”, explicó a UNO el funcionario, quien recordó que está vigente “la imposibilidad de presentar nuevos pedidos ante la comisión, hasta tanto se realice un análisis del impacto ambiental”.

Serra explicó que el Foro no está en contra del aprovechamiento de los complejos termales, pero le preocupa que “las cosas se hagan bien”. En este sentido mencionó que el uso termal tiene dos aspectos importantes a tener en cuenta: por un lado, si hay muchas termas se pueden perjudicar económicamente unas a las otras. El otro aspecto tiene que ver con que Entre Ríos posee dos tipos de recursos termales: el de agua dulce, que tiene la cantidad de sales en condición similar que el agua de red y que está dentro de las normas de agua potable; y el que proviene de napas con alto grado de sales.

“Esto es problemático, sobre todo para el turismo”, dijo el ecologista, añadiendo que el volumen de sales que tiene en solución el agua es muy difícil de neutralizar con agua dulce. Cabe destacar que en Villa Elisa se utiliza un pozo con agua de buenas características extraída de un acuífero más superficial, y que es eliminada en las nacientes del río Gualeguaychú.

Podría faltar agua potable

Serra dijo que “las aguas no vuelven al acuífero Guaraní, de donde son extraídas, sino que por una razón de costo las vuelven a inyectar a niveles subterráneos muy por encima del aquél”, dijo. Luego reflexionó sobre la posibilidad de que en algún momento este proceso pueda llegar a afectar acuíferos de agua dulce que están por encima. “Si esto es así, hay localidades de la provincia que pueden quedarse sin agua potable”, aseguró.

En este sentido, también comentó que no es buena idea “causar esta invasión de agua salobre reinyectada. Si un acuífero de agua dulce se saliniza, nunca más se recupera”, explicó.

El ecologista, además, se mostró muy preocupado por la situación de las termas de María Grande, porque los estudios de impacto ambiental “aparentemente no están hechos”, dijo.Para finalizar explicó que las mejores medidas son realizar correctamente las perforaciones y que exista una supervisión de la Provincia.

Diario Uno

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