
Manuales de estudio con faltantes históricos, preguntas deexámenes con un fuerte sesgo ideológico y hasta cuadernillos que exaltan los”logros” de un partido político. No es difícil encontrar casos en losque la falta de pluralismo en el enfoque de las materias y el contenidopartidario forman parte de los insumos con los que se nutren de conocimientos alos estudiantes argentinos. Hace dos semanas, la ministra de Educación de laCiudad, Soledad Acuña, reavivó el debate sobre la política en las aulas alafirmar que hay dirigentes que abusan de su rol docente para adoctrinar a losalumnos.
Un recorrido por algunos de los diseños curriculares de laprovincia Buenos Aires, que fueron creados durante el gobierno de Daniel Scioliy que aún están vigentes resultan elocuentes. Allí, por ejemplo, enla materiaGeografía para los alumnos de cuarto año del secundario, se señala a la”globalización neoliberal” como la causante de la concentración decapital por parte de las potencias económicas y, en efecto, el empobrecimientode los países periféricos, como la Argentina.
Algo similar sucede con el libro de Historia para tercer añodel secundario de la Editorial Santillana, Argentina, América y Europa durantelos siglos XVIII y XIX, en el que las referencias al “régimenliberal” son solo negativas y plantea la idea del capitalismo como unsistema que “obliga” a trabajar a la clase obrera.
En el caso del libro Geografía de la Argentina, de KapeluszNorma (2016), destinado a tercer año, se puede ver un buen número de alusionesa los programas sociales del kirchnerismo. Además, se refiere al período deNéstor y Cristina Kirchner como el modelo de crecimiento e inclusión social.
Manuales. En el libro “Geografía de la Argentina”,se usan expresiones como “oligarquía neoliberal” y “modelo decrecimiento con inclusión”Manuales. En el libro “Geografía de laArgentina”, se usan expresiones como “oligarquía neoliberal” y”modelo de crecimiento con inclusión”
Los textos con interpretaciones muy discutibles sobre lahistoria también se replican en otros niveles y programas educativos.”Represión y neoliberalismo, de la dictadura de 1976 a la crisis de2001″, así se titula, como si todo fuera parte del mismo proceso, launidad 5 del material que se repartió entre algunos alumnos de FinEs, elprograma para que los mayores de 18 años puedan terminar la escuela primaria osecundaria. Esta bibliografía se imprimió en 2015 por el Ministerio deEducación de la Nación, durante la presidencia de Cristina Fernández deKirchner.
Además, en ese material de estudio se cuenta la historia delsiglo XX de una manera binaria, diferenciando solo entre lo oligárquico y lopopular y, luego del extenso desarrollo sobre las dos primeras presidencias deJuan D. Perón y el golpe de Estado de 1955, hay escasas referencias a losgobiernos de Arturo Frondizi y Arturo Illia.
En la Universidad de Buenos Aires (UBA) también hubo quejaspor parte de alumnos en referencia a las preguntas de algunos exámenes.”En el gobierno de Mauricio Macri hubo un retraso científico y tecnológicoporque.”, fue la pregunta que se tomó en un parcial del Ciclo Básico Común(CBC) este mes, en la materia Introducción al Pensamiento Científico. Larespuesta correcta del multiple choice era la siguiente: “Macriconsideraba que la Argentina debía limitarse a un modelo agroexportador ycomprar la tecnología que hiciera falta”.
Examen. Esa fue la pregunta que se tomó en un parcial delCiclo Básico Común (CBC) de la UBA de la materia Introducción al PensamientoCientíficoExamen. Esa fue la pregunta que se tomó en un parcial del CicloBásico Común (CBC) de la UBA de la materia Introducción al PensamientoCientífico
Desde la UBA indicaron que estas cuestiones estáncontempladas dentro de la libertad de cátedra. “Vemos a la libertad decátedra como un valor de similar importancia al que podría tener la libertad deprensa para un medio de comunicación”, argumentaron.
Otro caso resonante fue el de “Gorila Gorilón”.Este audiocuento infantil con contenido ideológico se usó en algunos jardinesde infantes de Entre Ríos, a principios de este mes. El relato recibió durascríticas y lo eliminaron de la plataforma Aprender. La narración cuenta lahistoria de un animal al que “nunca le faltó nada y nada le faltarájamás” y que “se enfadaba cuando alguien recibía una ayuda”. Enel relato, una abeja reina le da alimento a otra hasta que pueda recuperarse yvolver a volar, pero el gorila considera que “eso no está bien”.
Diego Martínez es uno de los 10 miembros del Consejo Generalde Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires desde 2016. Él, juntocon la concejala Natalia Quintana, ambos radicales, le enviaron una carta aAgustina Vila, directora general de Cultura y Educación bonaerense (DGE), paraseñalarle el contenido que, aseguran, se envió a los alumnos del programa FinEsy tiene graves errores y reduccionismos históricos. Además de los mencionados,el contenido indica que Raúl Alfonsín no derogó la Ley de Autoamnistía, quepromulgó la dictadura militar en septiembre de 1983, cuando en realidad sí lohizo al poco tiempo de asumir, en diciembre de ese año. El jefe del bloque deDiputados de Juntos por el Cambio en la provincia, Maximiliano Abad, sumó sureclamo al de los consejeros para que se deje de utilizar contenidos “conun fuerte sesgo ideológico para la educación secundaria”.
“Te garantizo que se distribuyeron. Llegaron a cadasede de inspección distrital. Tengo chequeado que eso sucedió en variosmunicipios con la notificación de distribuirlos. No sé a cuantos alumnos se losentregaron porque FinEs este año fue un plan con pocas clases. Pero creo queellos no tienen ningún problema con este material. Y los docentes muchas vecesusan este tipo de contenido porque no están bien formados”, argumentaMartínez.
Desde DGE, sobre el contenido que se repartió para losalumnos de FinEs, adujeron que ni este ni ningún otro contenido constituye unmaterial obligatorio -y menos el único- para docentes y estudiantes.”Asimismo, es pertinente recordar que los principios ordenadores deltrabajo docente se enmarcan en la libertad de enseñar y aprender. Estosprincipios se vinculan con las garantías de no restringir a las y los docentesy estudiantes en sus opiniones o en el ejercicio de sus derechos individuales,laborales y sociales, por doctrina alguna”. A diferencia de la DGE, desdeel Ministerio de Educación de la Nación aseguraron que ellos no estándistribuyendo de manera activa este material, pero que cada jurisdicción tienela libertad de hacerlo.
El proceso
Una pregunta central es cómo es el proceso por el cual sedefinen los contenidos que se dictarán en las escuelas primarias y secundarias.El Estado nacional define los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios, pero, luego,las jurisdicciones cuentan con la responsabilidad de elaborar su propio diseñocurricular.
Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, el ConsejoGeneral de Cultura y Educación debe aprobar el diseño curricular que luego sedará en las aulas. El órgano está conformado por 10 miembros: seis sondesignados por el gobernador, pero los pliegos y antecedentes deben seraprobados en la Cámara de Diputados bonaerense, y cuatro son docentes activosdel sistema, que se eligen en elecciones directas. Aunque, según detallaMartínez, esos cuatro puestos hace 11 años que están ocupados por miembros dela Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) y el Sindicato Unificado deTrabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba). Si bien fueron elegidospor votación, desde 2009 no hubo elecciones, según indicó Martínez.
Luego, cada escuela, si bien debe seguir el diseñocurricular que estableció la DGE y que luego aprobó el Consejo, podrá diseñarsu proyecto curricular institucional. “El material que se baja esorientativo, luego el docente arma su planificación y se la envía a ladirectora. Si lleva material extra al aula debe dejarlo asentado, pero tambiénpuede llevar, por ejemplo, un artículo periodístico por un tema específico yque eso no esté en la planificación”, agregó Martínez.
Así sucedió con otro caso que generó un fuerte rechazo en2017: el de los cuadernillos que promovió la Confederación de Trabajadores dela Educación (Ctera), para que los maestros de las escuelas primarias ysecundarias hablaran sobre el caso Santiago Maldonado en el marco de unadesaparición forzada a manos de la Gendarmería, cuando la Justicia aún no sehabía expedido. Sobre aquella publicación, LA NACION intentó consultar aEduardo López, secretario General de la CTA de la ciudad, secretario gremial deCtera y secretario general adjunto de UTE, para consultarle su opinión alrespecto, pero no recibió respuesta.
La polémica por la incorporación de contenido político en elmaterial de estudio se reavivó también entre marzo y abril de este año, cuandoel gobierno porteño decidió no utilizar los cuadernillos que entregó elMinisterio de Educación de la Nación por entender que ahí se pretendía bajarlínea a favor del Ejecutivo nacional. El objetivo de esos cuadernillos es quelos seis millones de estudiantes que no cuentan con internet o una computadorapuedan continuar su educación durante la pandemia.
Según informó el gobierno de la Ciudad, “el materialaborda contenidos con información de coyuntura del gobierno nacional que no espertinente en relación con los núcleos de aprendizaje prioritarios y losdiseños curriculares de la jurisdicción, denotando una clara intencionalidadpropagandística o partidaria ajena a la tradición laica de nuestro sistemaeducativo”.
Tal como publicó LA NACION el 21 de mayo pasado, una de lasconsignas de los cuadernillos para chicos de 11 y 12 años fue leer un artículopublicado en el diario Clarín (2 de abril) que habla de una decisión judicialque le ordena al gobierno porteño restablecer la provisión de insumos médicospara trabajadores de la salud en la ciudad. “Después de leer la noticia,anoten en sus carpetas: ¿Aparece en el artículo algún funcionario? ¿Quién es?¿A cuál de los poderes pertenece? ¿En qué jurisdicción (nacional, provincial ode la ciudad de Buenos Aires)?”
Respecto del cuestionamiento efectuado por el gobiernoporteño como consecuencia de la investigación, publicada en LA NACION, elMinisterio de Educación de la Nación puso a disposición de las 24jurisdicciones el contenido de los cuadernillos para que pudieran prestarconformidad del mismo.
“A partir de la cuarta serie (se imprimieron nueve aldía de hoy), todo el contenido fue a imprenta previa lectura y aceptación delos contenidos tanto de la Ciudad de Buenos Aires como de las demásjurisdicciones que optaron por participar del proceso; no obstante, la Ciudadno quiso formar parte de la distribución del material para los alumnos de sujurisdicción, aunque se dialogó con Luis Bullrich -quien ocupara el cargo de laministra Soledad Acuña por encontrarse de licencia- para que continuaran siendoparte del proceso y así lo hicieron”, señalaron fuentes de la cartera quedirige Nicolás Trotta a LA NACION.
Explicaciones
Los especialistas consultados por este medio no seaventuraron a hablar de adoctrinamiento en las aulas, en el sentido estricto dela palabra, aunque sí señalaron que, en muchos casos, no se enseña desde ladiversidad de ideas y puntos de vista. A su vez, afirmaron, hay distritos endonde la omnipresencia de la militancia política incide en los enfoques que losdocentes les brindan a sus estudiantes. También, argumentaron, las fallas ysesgos en la formación docente hacen que muchos sean más proclives a utilizarmateriales de estudio con errores, reduccionismos históricos o que presentanuna visión unilateral de los hechos del pasado o de la coyuntura.
Pedro Núñez, investigador del Conicet con sede en elInstituto de Investigaciones para América Latina de Flacso Argentina y autordel libro La política en la escuela, consideró que todo acto educativo implicaalgo de política o algún posicionamiento político. Aunque, sobre todo, eseposicionamiento parte de los estados nacionales que son los que definen loscontenidos acordes a cada materia.
Según el especialista, muchos temas, y aún más en materiasvinculadas a las Ciencias Sociales, están mediados por el posicionamiento quecada docente tiene frente a sus alumnos. “Lo que hay que ver es cómo eldiseño curricular se enseña en la cotidianidad de un aula donde puede haberdebates, que son mediadas por referencias adultas, pero también por diferentesposturas entre compañeros”.
Núñez explicó que pueden aparecer más tensiones con lostemas de coyuntura, pero resaltó que la escuela no es una entidad separada dela sociedad, sino un espacio para potencia los debates. “Lo peor que puedegenerar la idea del adoctrinamiento es que lleve a un temor por parte de losdocentes a debatir y opinar. Hay que garantizar un ámbito plural. Luego, porsupuesto, en las evaluaciones se debe tomar el contenido, no la opinión de cadauno”, consideró.
Mariano Narodowski, académico, docente de la UniversidadTorcuato Di Tella, investigador y ministro de Educación porteño entre 2007 y2009, sostuvo que no es posible pensar que en la Argentina haya un intentoestatal de adoctrinar a alumnos o docentes.
En referencia al cuadernillo de la Ctera, afirmó que tieneel mismo estatus legal que cualquier otro libro hecho por una editorialprivada. Es decir que, si un docente decidiera incorporarlo, eso sería válido.Al docente se le podría recriminar, agregó Narodowski, si el cuadernillo noestuviera adaptado al diseño curricular. Pero, según el especialista, en losdiseños curriculares de la Argentina todos plantean que la educación debe sercrítica y transformadora, por lo que sería muy difícil impugnar la publicación.”La pregunta es si está bien o no que desde 1984 el Estado se hayaretirado del control de los textos escolares, pero esa es otra discusión”,indagó.
Sobre los casos en los que no se presentan los temas de unamanera plural en las aulas, Narodowski encontró tres motivos para intentarexplicarlos: “Uno es un mal ejercicio de la profesión, tal vez no de malafe, sino por dejarse llevar o por equivocarse. El segundo caso son los de malafe, que son los que militan en las aulas, pero entiendo que son pocos porque sifueran realmente muchos serían más visibles, considerando que hay un millón deprofesores. En tercer lugar, hay casos en donde el docente, de buena fe y conun buen planteo pedagógico, lleva una propuesta que considera pluralista, perolos docentes, los padres o el ministerio de Educación luego consideran que nolo es”.
El rol de los gremios
Otro factor que podría incidir en la visión que se plasma enlas aulas sobre la historia o la coyuntura es el poder territorial de lossindicatos y de los militantes de los distintos municipios. Una fuente quetrabaja en el sistema educativo de La Matanza y lo conoce en profundidad revelóa LA NACION, aunque prefirió resguardar su identidad, cómo funciona, según suvisión, el sistema por el cual se intenta alinear a los docentes y alumnos conel kirchnerismo.
“Para empezar, todas las decisiones se toman junto aSuteba, el gremio docente que conduce Roberto Baradel. Luego, en el territoriomanda la Secretaría de Cultura y Educación del municipio, que promueven librosy acciones con carga partidaria, al mismo tiempo que capacitan a los docentesen esa línea”, detalló.
La misma fuente agregó que la Secretaría de la Juventud delmunicipio tiene el objetivo de crear centros de estudiantes, que “provocanmilitancia”. Y completó: “Los chicos terminan siendo cautivos de unaestructura partidaria. Pasa en todos los niveles. A los más chicos les hanmandado rompecabezas con la imagen de Cristina. Este año, los cuadernillos querepartió el Estado se entregaban junto al bolsón de alimentos y ahí estaban lospunteros con las pecheras puestas. Que los chicos elijan su ideología, pero queesa decisión sea el resultado de haber desarrollado el pensamientocrítico”.
Silvina Gvirtz, secretaria de Ciencia, Tecnología yPolíticas Educativas de La Matanza, un distrito con 400.000 alumnos, opinó quehablar de adoctrinamiento en ese distrito es absolutamente descabellado. Señalóque no recuerda ningún caso en el que militantes de algún tipo se hubieranacercado a las escuelas para hacer propaganda. Agregó que si llegara a pasar,”resultaría totalmente fuera de lugar y los directores los frenarían”.Sobre la consulta acerca de quiénes repartieron los cuadernillos del Estadodurante la pandemia, aseguró que fueron entregados por docentes o directores.
Soledad Acuña, la ministra de educación de la Ciudad,también señaló, al referirse al “adoctrinamiento”, que los institutosde formación docente están ideológicamente tomados por la izquierda o elkirchnerismo. “Está en cómo enseñamos qué es un docente, el en perfil quedefine a un docente. La gran discusión es cómo enseñamos a enseñar. Un docenteque aprende bien sabe que tiene que enseñar a pensar, no decir lo quepensar”, indicó la ministra. Y completó: “Es uno de los grandesproblemas y tiene que ver, hablando de la raíz, con la formación y con elperfil de quiénes eligen estudiar, que eligen militar en vez de hacerdocencia”. Y la funcionaria convocó a los padres a denunciar actos de”adoctrinamiento” que observen de parte de los docentes en las clasesvirtuales que toman sus hijos.
Amanda Martín, secretaria gremial de Ademys, uno de lossindicatos que nuclea docentes de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires,sostiene que la educación pública es plural, y que al señalar que hay”adoctrinamiento”, se pretende, a su vez, imponer una visión políticade la educación. “Cada docente tiene una perspectiva. La escuela públicatiene una visión plural porque los docentes llegan por concurso, no es que nospodemos reunir todos los que pensamos igual, a diferencia de la escuela privadadonde si hay una selección de un perfil determinado de docentes”.
Gonzalo Santos enseña en dos institutos de formación docentey es autor del libro Enseñar en tiempos de hashtags. En uno de los institutos,asegura que la cúpula está muy ligada al kirchnerismo y se ejerce mucha presiónpara cumplir los objetivos políticos, como que haya cierta cantidad deegresados por año y que eso va en detrimento de la calidad educativa. Por esosuele señalar a la educación como un “simulacro”, pero niega que sepretendan imponer los contenidos que se dictan en el aula.
Con la colaboración de Alejandra Conti