Domingo, 22 de junio de 2025   |   Campo

Acuerdo comercial con Estados Unidos redefine las dinámicas del Mercosur en busca de nuevas oportunidades económicas

Acuerdo comercial con Estados Unidos redefine las dinámicas del Mercosur en busca de nuevas oportunidades económicas

En un contexto internacional marcado por una creciente fragmentación del comercio global, tensiones geopolíticas persistentes y la proliferación de acuerdos comerciales preferenciales, Argentina se enfrenta a una disyuntiva estratégica en su política comercial. La necesidad de redefinir su inserción internacional se vuelve apremiante, en un entorno donde las cadenas globales de valor se reconfiguran y la competencia por atraer inversiones productivas se intensifica. En este sentido, el gobierno nacional ha adoptado una agenda aperturista, orientada a diversificar mercados, posicionar a Argentina como un proveedor confiable de alimentos, energía, minería y servicios, así como explorar nuevas oportunidades de integración con socios clave.

Entre las opciones disponibles, ha cobrado relevancia la posibilidad de avanzar hacia un acuerdo comercial con Estados Unidos, una de las principales economías del mundo y origen del mayor volumen de inversión extranjera directa en el país. Sin embargo, esta iniciativa enfrenta un obstáculo estructural: la pertenencia de Argentina al Mercosur. Concebido como una unión aduanera, el bloque estableció un Arancel Externo Común (AEC) y requiere la negociación conjunta de acuerdos comerciales con terceros países, tal como se establece en el Tratado de Asunción, el Protocolo de Ouro Preto y la Decisión 32/00 del Consejo del Mercosur, que consagran el principio de “negociación conjunta” como norma fundamental del bloque. En ausencia de consenso para flexibilizar estas disposiciones, cualquier intento unilateral de suscribir un tratado con Estados Unidos podría contradecir las normas vigentes.

A esto se suma una realidad interna del bloque que complica aún más la situación. A más de tres décadas de su creación, el Mercosur ha quedado rezagado frente a otras experiencias de integración, con limitados avances hacia el mercado común originalmente propuesto. La actual unión aduanera es, en los hechos, imperfecta: coexiste con numerosas excepciones arancelarias, regímenes especiales y escasa coordinación macroeconómica entre sus miembros. Las divergencias de enfoque entre los socios —como la presión de Uruguay por negociar acuerdos bilaterales o la nueva postura más liberal del gobierno argentino— reflejan tensiones latentes sobre el futuro del bloque. En este contexto, se vuelve urgente explorar mecanismos que permitan una mayor flexibilidad, sin desarticular la arquitectura institucional del Mercosur.

Delegados asisten a la LXV Cumbre del Mercosur en Montevideo el 6 de diciembre de 2024. Mercosur y la Unión Europea han concluido “negociaciones para un acuerdo de libre comercio”, anunció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Montevideo el 6 de diciembre. (Foto de EITAN ABRAMOVICH / AFP)EITAN ABRAMOVICH – AFP

Frente a este complicado entramado normativo y geopolítico, analizamos las alternativas disponibles para desbloquear la posibilidad de un eventual Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Argentina y Estados Unidos, así como otras opciones alternativas, considerando los límites que impone el marco jurídico del bloque. Las opciones analizadas se organizan desde mecanismos de adaptación institucional interna hasta escenarios más disruptivos:

●Esquemas de “múltiples velocidades”: permitirían que uno o más países del Mercosur avancen en acuerdos comerciales a diferente ritmo, sin que el conjunto deba participar simultáneamente. Argentina podría iniciar una negociación con EE. UU., dejando abierta la posibilidad de que los demás socios se sumen en una etapa posterior.

●Flexibilización del AEC: profundizando el esquema de excepciones arancelarias ya en implementación, se permitiría mayor margen de alternativas para ofrecer a EE. UU. condiciones diferenciadas en sectores estratégicos a negociar, sin desmantelar formalmente la unión aduanera.

●Transformación del Mercosur en una zona de libre comercio: este modelo implicaría abandonar el AEC y permitir la plena autonomía de los Estados partes para negociar con terceros, redefiniendo el carácter del bloque hacia un esquema más abierto.

●Denuncia del Tratado de Asunción: escenario extremo que implicaría el retiro formal de Argentina del Mercosur, recuperando su soberanía comercial plena, aunque con un elevado costo político, económico e institucional.

Desde la perspectiva estadounidense, aunque no se observan señales inmediatas de interés en nuevos TLCs bilaterales, las políticas recientemente implementadas por la administración de Donald Trump —como el arancel global del 10% sobre las importaciones— han introducido una dinámica más proteccionista que, paradójicamente, podría abrir oportunidades para socios comerciales con condiciones específicas como Argentina. Además, Estados Unidos sigue siendo un socio estratégico para Argentina: es la principal fuente de inversión extranjera directa en el país y representa el 26% de las exportaciones de servicios.

Aunque el comercio bilateral sigue siendo modesto en términos absolutos desde la perspectiva de EE. UU.—Argentina representa menos del 1% del comercio exterior estadounidense—, existen sectores con alto potencial de desarrollo, como la agroindustria, la energía, la minería y los servicios basados en el conocimiento. Estas áreas ofrecen oportunidades concretas de crecimiento, inversión y generación de empleo. En este sentido, el informe propone avanzar en una agenda progresiva de vinculación, que contemple desde instrumentos básicos de cooperación —como memorándums de entendimiento y acuerdos de promoción y protección de inversiones— hasta, eventualmente, la negociación de un acuerdo comercial parcial o un TLC, siempre que las condiciones jurídicas y políticas lo permitan.

El principal desafío, sin embargo, radica en encontrar un equilibrio entre dos objetivos en tensión: por un lado, el respeto a las normas del Mercosur, que exigen la negociación conjunta; por el otro, la necesidad de adaptar la estrategia comercial argentina a una economía global que demanda agilidad, flexibilidad y mayor capacidad de respuesta. Tal como señala el informe, avanzar hacia un entendimiento con Estados Unidos requerirá no solo audacia diplomática, sino también una redefinición del marco institucional del Mercosur. En última instancia, se trata de construir un nuevo consenso regional, que permita una inserción internacional moderna y estratégica, sin desnaturalizar los principios y objetivos fundacionales que dieron origen al bloque, los cuales, hasta el presente, no se han logrado plenamente.

Los autores integran el Grupo de Países Productores del Sur (GPS)

Déjanos tu comentario: