Sábado, 25 de marzo de 2006   |   Política

A 30 años del golpe militar la provincia expresó su repudio

Más de 5.000 personas marcharon en la capital entrerriana. El acto culminó con imágenes de las víctimas y con recuerdos de vida de los desaparecidos. El Gobernador se sumó al acto de Paraná, pero quedó a mitad de camino. Un grupo de estudiantes le…
Más de 5.000 personas marcharon ayer por las calles de la capital entrerriana para expresar su repudio a la más sangrienta dictadura militar que asoló el país en los años 70. La marcha que organiza desde hace 10 años la Multisectorial de los Derechos Humanos recorrió las 13 cuadras que separan la plaza Sáenz Peña, en donde está el monumento a la Memoria, y la plaza Alvear, en donde se erigió el monumento a los Desaparecidos Entrerrianos, en poco menos de una hora y media.

La marcha partió de la plaza Sáenz Peña a las 19.30 y arribó al destino final a las 20.45. Allí, en un escenario montado en la esquina de San Martín y Laprida, se proyectaron imágenes de las víctimas entrerrianas y se leyeron historias de vida de una veintena de desaparecidos. Posteriormente se leyó el documento que para la ocasión redactaron desde la organización.

“A 30 años del golpe genocida del 24 de marzo de 1976 reafirmamos nuestra consigna: memoria, verdad y justicia”, comenzó diciendo María Luz Piérola, integrante de la Asociación de Familiares y Amigos de Desaparecidos de Entre Ríos (Afader). En distintos párrafos, el documento reflexionó sobre la necesidad de recuperar la memoria, por lo que sostuvieron: “Tenemos memoria, no sólo para no olvidar a los miserables asesinos y sus cómplices, sino para recrear los sueños, reconstruir la esperanza para continuar el camino de quienes ofrendaron su vida por construir una sociedad justa y solidaria”.A las 20, cuando la multitud pasaba frente a la sede de la Segunda Brigada Blindada y al edificio del Juzgado Federal, en 25 de Mayo, un grupo de jóvenes realizó pintadas en ambos edificios. Allí los manifestantes reclamaron que la Justicia actúe eficientemente en las causas que están en trámite, se repudió a los militares y se cantó el Himno Nacional. A las 20.45 la escena se repitió en dependencias de la Universidad Católica Argentina (UCA), en lo que se interpretó como actos de repudio a los responsables civiles del golpe militar.

El desarrollo de la marcha fue pacífico, y sólo se registró un momento de tensión cuando, frente a la Catedral, un grupo de 10 jóvenes se arrodilló con los ojos vendados en las escalinatas de la iglesia y detrás de ellos otro grupo increpó duramente a las autoridades eclesiásticas de los tiempos de la dictadura.

En Concepción del Uruguay, en tanto, la Municipalidad y el conjunto de los partidos políticos convocaron a un acto que se desarrolló en la plazoleta Rodolfo Walsh, sobre el bulevar Irigoyen. Allí se efectuó la conmemoración de la fecha y se colocó una ofrenda floral. También se descubrió una nueva placa en la calle Nunca Más, con los nombres de los 12 desaparecidos uruguayenses.

A los empujonesEl Diario de Paraná reflejó que "Los jóvenes, que portaban una bandera del PCR, impidieron que el Gobernador pudiese saludar a los organizadores del acto central por los 30 años del golpe. Tras algunos forcejeos, el gobernador Busti y el vice Pedro Guastavino permanecieron a 50 metros del palco, rodeados de funcionarios y militantes". Las columnas del PJ ya estaban aguardando el inicio de la Marcha de Antorchas en la plaza Sáenz Peña cuando el gobernador Jorge Busti venía de viaje por Rosario, de regreso de Buenos Aires, donde participó junto al presidente Néstor Kirchner del acto oficial por el 30 aniversario del golpe de Estado de 1976. Desde Paraná lo convencieron de que tenía tiempo de llegar a la ceremonia principal que se desarrollaría pasadas las 20.30 en la plaza Alvear. Combinó con el vicegobernador Pedro Guastavino y con el vicepresidente del PJ, José Cáceres, encontrarse en la estación se servicios del ACA, ubicada en la esquina de Buenos Aires y Laprida. Fue por eso que varios de los participantes del acto no llegaron a enterarse de la presencia del Gobernador que, al principio, aguardó en la esquina y luego resolvió avanzar con el objetivo de aproximarse al palco –que se montaba en el otro extremo de la cuadra, casi llegando a la punta norte de la Peatonal San Martín– y saludar a los familiares de las víctimas de la dictadura. Pero, a mitad de camino, justo a la altura de la placa que recuerda los nombres de los desaparecidos en Entre Ríos, una columna de estudiantes que portaba una bandera roja con la sigla PCR en letras amarillas, le cortó el paso. El episodio motivó algunos forcejeos que fueron repudiados por el grueso de la concurrencia que alcanzó a percibirlos. Según el relato de algunos integrantes de la comitiva oficial, uno de los jóvenes reconoció al Gobernador y lo increpó de mala manera repudiando su presencia en el acto, lo que motivó la reacción del círculo de funcionarios, dirigentes y militantes que rodeaban al mandatario. Según la versión del referente sindical del PCR, Alejandro Sologuren (Corriente Clasista Combativa), el grupo que avanzaba rodeando al Gobernador intentó “romper nuestra columna”. “Le dijimos que si querían podían pasar por el costado, pero empezaron a empujar”. El pequeño grupo que sostenía la bandera del PCR marchó tomado de la mano formando lo que denominan un “corral” que, según explican, sirve para que “no entre nadie a provocar”. Y durante todo el acto mantuvo esa “medida de seguridad”. Ante la situación, Busti ordenó quedarse en el lugar, para evitar que los empujones pasen a mayores. Los manifestantes del PCR tenían “guardias” encargados de custodiar lo que llaman su “seguridad”. Si sólo una parte de las más de dos cuadras de militantes que aportó el PJ hubiera tomado intervención la situación se hubiese tornado caótica. El episodio abrió el interrogante sobre la conveniencia de realizar un único acto recordatorio del golpe militar. Es que, en principio, el PJ iba a realizar su propio acto, que había sido convocado en enero por el Gobernador, como una salida alternativa a la suspensión de una convocatoria referida a la interna partidaria. Pero este año era distinto, no sólo por el número 30 del aniversario sino por todo lo que políticamente se bajó desde la Nación. En tiempos de Carlos Menem, el PJ, como partido, era mala palabra para los organismo de derechos humanos, pero en la era Kirchner, el PJ adoptó institucionalmente la línea contraria a la de aquel presidente que indultaba y que todos votaban. Por eso es que este fue el más peronista de los recordatorios.

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