
CÓRDOBA.- La nuez pecán está ganando terreno en los cultivos de Argentina. Este fruto, originario de la cuenca de los ríos Mississippi-Missouri en el centro-sur de los Estados Unidos, fue traído a nuestro país por Domingo Faustino Sarmiento. Anualmente se producen alrededor de 4000 toneladas, de las cuales cerca del 70% se destina a la exportación. El Vivero Santa María, ubicado en Entre Ríos, es uno de los más importantes en la producción de pecanes en el país y se ha convertido en un socio clave de La Matera, el campo escuela recreativo en la provincia de Buenos Aires dirigido por el cantante Abel Pintos, designado “embajador de la nuez pecán”.
Juan Pablo Passini forma parte de Santa María y también ocupa el cargo de vicepresidente del Clúster del Pecán, además de ser integrante de la Cámara Argentina de Productores de Pecán. El vivero, situado en La Criolla (pueblo de la colonia San Bonifacio), es propiedad de Carlos Alberto Pellichero, suegro de Passini, quien representa la tercera generación al frente de la empresa. Su fundación se remonta a entre 1945 y 1946, a cargo de Juan, su abuelo.
El vivero Santa María en Entre Ríos se dedica principalmente al cultivo de cítricos y pecanes.
Se especializa en vivero cítrico bajo cubierta (1,5 hectáreas, donde producen alrededor de 120.000 plantas anuales de lima, limón, quinotos, pomelo, naranja y kumquat) y en la producción de pecán, que comenzó en 2004 gracias a una colaboración tecnológica con el INTA, que aportó material genético desde Estados Unidos para el proyecto ProPecán.
“Iniciamos trabajando con la genética adecuada y la debida acreditación -comenta Passini a LA NACION-. Producimos aproximadamente 80.000 plantas cada año, cubriendo unas 35 hectáreas anualmente en raíz desnuda. Así mismo, estamos iniciando cultivos en macetas en superficies más pequeñas ya que se compactan más. Además, contamos con plantaciones propias de pecán y cítricos. No nos dedicamos a la comercialización directa, pero estamos desarrollando una unidad para el acondicionamiento y mantenimiento de las nueces”.
Passini es un firme promotor del pecán, respaldado por sus posiciones institucionales.
Subraya que el pecán se adapta fácilmente a diversos tipos de suelos y climas. En Argentina, se cultiva en aproximadamente 13 provincias, y “seguido por agrónomos, con los análisis de factibilidad correctos, prospera muy bien”. Se han establecido plantaciones en Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Chaco, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Córdoba y Salta, entre otros. Passini menciona que se han introducido variedades de climas fríos o de ciclo corto, lo que permite su adaptación hasta el límite de Río Negro.
El país produce cerca de 4000 toneladas anuales, con una tasa de exportación de hasta el 70%. “Este es un excelente año para las peladoras y para aquellos que han apostado por el valor agregado. La demanda es amplia y en el proceso de pelado, los envíos están cuotificados”, detalla el productor. Los envíos se dirigen a la Unión Europea, Rusia, Medio Oriente, Estados Unidos y, recientemente, se ha habilitado el mercado de China: “Debido a su tamaño, es un mercado desabastecido; con nuestra producción podríamos abastecerles únicamente con cáscara. Es probable que este año los envíos sean limitados ya que se están ultimando los preparativos”.
El Vivero Santa María abastece a La Matera, el proyecto de Abel Pintos.
El mercado interno se distribuye entre más productores y numerosas pymes. “El crecimiento en este segmento es solo cuestión de tiempo. Es necesario desarrollar esto para abastecer a la industria, que seguramente comenzará a producir productos similares a lo que está ocurriendo con el pistacho”, afirma.
En 2022, el vivero Santa María se asoció con La Matera, el proyecto sustentable de Pintos, que abarca unas 120 hectáreas con 12.000 plantas de pecán en Mercedes (provincia de Buenos Aires). Este campo escuela recreativo también incluye un vivero muestrario de cítricos, energías renovables, maquinaria de John Deere y un galpón con máquinas peladoras. Es visitado por alumnos de diferentes escuelas.
La planta de pecán comienza a generar rentabilidad alrededor del octavo año.
“Abel entendió mucho, nos visitó, se interesó -indica Passini-. Este año fue nombrado embajador del pecán y, sin duda, su compromiso nos ayudará en la promoción y desarrollo del mercado. Su apoyo será significativo. Comprendió que esto es una inversión a largo plazo, generando plantas verdes, pulmones y ecosistemas”.
Passini enfatiza la importancia de la perspectiva a largo plazo: “Es crucial aceptarlo. Las primeras nueces aparecen entre el tercer y el quinto año, dependiendo de las variedades. A partir del octavo año comenzamos a observar ingresos, dejando de invertir anualmente una cantidad sustancial para que las plantas se fortalezcan. Se estabilizan entre los 15 y 20 años, alcanzando su máxima producción y manteniendo esta capacidad. En el país hay plantas que superan los 50 años y en Estados Unidos y México, los mayores productores del mundo, incluso algunas llegan a los 120 años”.